Vuelta al cole

Rocío Ramos-Paul, 'Supernanny', sobre cómo afrontar el paso de los hijos al instituto con 12 años: "No te vale"

Rocío Ramos-Paul
Rocío Ramos-PaulFotomontaje con imágenes de Europa Press
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Aunque es la adaptación de los más pequeños la que copa titulares con la vuelta al cole, es la de los más mayores la que más preocupa en mayor medida a los padres. El salto al instituto con tan solo 12 años (11 en el caso de los niños nacidos en el último trimestre del año) se ha convertido en un tema recurrente entre los padres cuyos hijos afrontan esta nueva etapa escolar al considerar que son aún demasiados pequeños y no están preparados para dar un salto que antes se daba a los 14 años.

Con 12 años los menores se encuentran en una especie de limbo. Ya no son niños, pero tampoco adolescentes como tal. Se les considera preadolescentes y de repente se encuentran en un ámbito escolar con chavales mayores que ellos (muchos ya rozando la mayoría de edad) y con una libertad que no tenían en el colegio. Los menores llegan de un ambiente cercano y en el que han estado muy protegidos a un instituto en el que hay nuevas dinámicas, en el que los profesores no están tan pendientes de ellos y en el que la realidad es muy diferente a la del colegio. Eso, unido a los cambios propios de la pubertad a nivel físico, emocional y psicológico y a que están formando su personalidad hace que los padres vean con miedo este salto. Un salto inevitable para el que Rocío Ramos-Paul ha ofrecido algunos consejos a los padres para que puedan afrontar con mayor tranquilidad esta nueva etapa y no cometer los errores que muchos padres cometen con los adolescentes.

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Hay que dejar de sobreproteger y que se enfrenten a su nueva realidad

Aunque desde hace años hay muchas voces que abogan por reorganizar etapas y horarios escolares y unificar la cultura docente en primaria y secundaria, de momento los niños siguen entrando en el instituto a los 12 años para empezar 1º de la ESO. Se trata del curso con mayor tasa de repetidores, concretamente del 9,1%, según los últimos datos del Ministerio. Un dato que apoyaría la teoría de la difícil adaptación de los alumnos a esta nueva etapa escolar.

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El gran problema de la ESO es que "los chavales tienen 12 años cuando inician se juntan con chavales que están en la mayoría de edad". Rocío Ramos-Paul sabe que "ese es el conflicto real" que se produce con la entrada al instituto de los menores. "Empiezan a ver una realidad que no es suya. A veces el instituto lo que hace es soltarlos, no voy a estar permanentemente encima de ti. Hay niños que por maduración les viene mejor un entorno más controlado", ha dicho al respecto la psicóloga.

Los niños se enfrentan a situaciones que no se habían enfrentado en el entorno escolar y ahí está la gran preocupación de los padres. "El miedo de los padres es que ahora van a juntarse con los de 18 y donde antes se comían el bocadillo ahora están fumando. Ahí ya que cada uno decida", ha comenzado diciendo la psicóloga, que cree que hay que afrontar con tranquilidad esta etapa y cambiar su forma de actuar. "Es un buen momento para que los padres, obligados por el instituto, empiecen a no sobreproteger y dejar que el niño se enfrente a sus propias frustraciones".

La importancia de cambiar la forma de relacionarse con los hijos y soltar

Los niños se enfrentan a un gran cambio, pero ellos no son los únicos que deben adaptarse. Los padres también deben buscar una nueva forma de relacionarse con sus hijos para acompañarles en esta etapa. "Hay un cambio en el que yo recomiendo a los padres que empiecen a relacionarse desde el adolescente que va a convertirse en adulto, ya no es un niño pequeño y lo que has hecho hasta ahora no te vale", ha explicado Rocío Ramos-Paul en 'Herrera en COPE'.

La psicóloga y educadora ha explicado que aunque cambiemos la forma de comunicarnos con nuestros hijos, no ya que perder de vista lo que hace. "¿Significa esto que voy a tener que dejar libremente lo que le dé la gana? No. Significa que el control se convierte en otro tipo de control: 'dime a qué hora llegas al colegio, a qué hora vuelves...' Le tengo que ir ayudando a que se organice, no hacérselo yo... Empecemos a relacionarnos de otra manera". En esta nueva etapa, los padres deben darse cuenta de que "empiezan a estar en segunda fila como padre sin perder el ojo de lo que están haciendo". Es decir, "el control no puede ser estar encima".