Mario Matute, el marido de Yolanda Ramos con el que lleva catorce años y es padre de su hija Charlotte

  • Yolanda Ramos comparte su vida sentimental desde hace 14 años con Mario Matute

  • La pareja se conoció trabajando en un programa de televisión en el que ella era cómica y él técnico

  • Se llevan 11 años de diferencia, aunque eso nunca ha supuesto un impedimento para ellos y a día de hoy forman una familia junto a su hija Charlotte

Yolanda Ramos, como diría Paquita Salas, serie homónima en la que interpreta a uno de sus personajes, es "una mujer 360º". Ha participado en películas como ‘Volver’ o en musicales como 'La Llamada' y además, también es una de las humoristas más reconocidas de nuestro país. Conocemos de sobra su vida profesional y en cuanto a lo personal, sabemos que comparte su vida sentimental con Mario Matute pero, ¿quién es él?

Amor a primera vista en el trabajo

Hace nada más y nada menos que 14 años, Yolanda Ramos conoció a su marido, Mario Matute, tras coincidir en la versión española del programa norteamericano Saturday Night Live. Y, sin duda, si eres de los que creen en el amor a primera vista, esta historia te va a encantar. Allí ella trabajaba como cómica y él como técnico y, desde el primer momento que se cruzaron, Mario hizo todo lo posible para acercarse a ella. Él no lo pensó ni un segundo y consiguió su número de teléfono en las oficinas de producción. Desde entonces, ambos se han vuelto inseparables.

Hace diez años, Yolanda y Mario se convertían en padres de una niña

Unos años después, en 2013, se convirtieron en padres de su hija Charlotte. Un proceso in vitro nada sencillo que, como ella misma afirmó en el programa 'Samanta y la vida de', “después de varios intentos acabó con todos sus ahorros".

Además, la humorista asegura que compartir la maternidad con Mario es lo mejor que le ha pasado en la vida, del que reconoce que es un padre maravilloso: "Mi marido es pura luz. Mario es lo mejor que me he encontrado a nivel amoroso." Aun así, también ha expresado más de una vez que al principio fue "durillo" debido a su diferencia de edad, ya que él es 11 años menor que ella. Aunque esta misma, en ocasiones, ha dejado algún que otro momento para el recuerdo: “Fuimos a comprar una nevera y él estaba muy ilusionado y yo decía: es que es mi quinta nevera, ¿sabes? Y me hizo hacerme una foto delante de la nevera”.

Años después, ambos están seguros de que el tiempo ha ayudado a que todo se equilibrase y que entre ambos, ahora ella con 55 y él con 44, “hay frescura y están muy iguales”. Tan grande es la complicidad que desprenden que además de compartir todo un proyecto de vida, son socios en el restaurante La Esperanza, en Madrid, donde no es raro encontrarles cualquier fin de semana.