Raquel del Rosario, a su hijo con autismo: "Mi niño hada, qué difícil es a veces descrifrarte"

  • La cantante canaria ha dedicado unas bonitas palabras a su hijo Leo con motivo de su quinto cumpleaños

Raquel del Rosario está celebrando un día muy especial, una fecha que tendrá de por vida marcada a fuego en el calendario. Hace 6 años llegaba a su vida su primer hijo, al que ella misma considera como su “niño hada”. Desde entonces la cantante canaria nos ha ido contando algunas dosis de las andaduras del pequeño por Malibú, lugar donde convive junto a su marido Pedro Castro desde hace 7 años, llegando incluso a confesar a través de un blog que le habían diagnosticado autismo. Una persona muy especial para la cantante, a la que no ha dudado en felicitar dedicándole unas emocionantes palabras.

“Hoy hace seis años que nacimos. Él como hijo y yo como madre”, explica a sus seguidores la intérprete de ‘Nunca volverá’ con una fotografía de Leo junto a su tarta de chocolate, a la que ha puesto un dinosaurio de juguete encima. “Ay Leíto... cuántos sentimientos me generas a diario. Mi niño Hada, qué difícil es a veces descifrarte, pequeño gran maestro”, seguía confesando con ternura la artista, que ha terminado el texto brindando por un futuro duradero junto a él: “Por muchas más velas que soplar juntos, creciendo, sanando y soltando el control. Porque no me cabe duda, ser de luz, que viniste a eso".

Su marido Pedro también ha escrito un mensaje a su primer hijo, acompañando el texto con una fotografía en la que salen los dos hermanos - Leo y Mael, de 4 años - abrazando a su padre. “Feliz cumpleaños. 6 años de aprendizaje de tu lado ya. Te quiero y doy gracias por cada día que llega y nos regala el compartirnos”, ha escrito.

Raquel de Rosario revelaba en un blog el trastorno de su hijo Leo

Raquel de Rosario se sinceraba el pasado mes de septiembre y explicaba el trastorno que sufre su hijo mayor. En una emotiva carta para la revista Elle, la artista empezaba a relatar cómo se había dado cuenta de que algo estaba ocurriendo: “Leo no dijo ni una palabra hasta casi los cuatro años. Ese primer ‘mami’ se hizo mucho de rogar. Desde los dos años supe que Leo era diferente, le encantaba tumbarse boca arriba largos ratos ensimismado, parecía estar viendo una película en el techo, a veces sonreía y parecía interactuar con algo. Me encantaba observarle, me imaginaba un montón de colores y seres mágicos a su alrededor jugando con él”.

Pero no fue hasta su entrada al colegio cuando le expresaron por primera vez qué es lo que le estaba ocurriendo: “Nos dijeron que creían que lo mejor para Leo era entrar en el programa de niños con TEA (trastorno del espectro autista)”. Una decisión que dejó relajada a la vocalista de El sueño de Morfeo. “Al contrario de la reacción que ellos esperaban (lágrimas, negación, enfado…), yo sentí una sensación de alivio enorme. No porque alguien le hubiese puesto un nombre a lo que le pasaba a Leo, una 'etiqueta medica', sino porque supe que iba a empezar a trabajar con gente especializada”.

Raquel del Rosario confesaba sus dificultades como madre

Además, Raquel confesaba qué era lo más complicado para ella de esta situación. “Lo más difícil como madre, sin duda, está siendo el no poder dialogar, razonar o comunicarme con él de la manera que me gustaría”, escribía en su blog, donde narraba que a veces tenía que excusarse de los comportamientos que tenía el pequeño porque la gente entiende que "simplemente es un niño maleducado que se frustra". "A veces me siento desbordada, pidiendo perdón a dos de cada tres madres en el parque porque Leo no entiende de turnos, de que los juguetes tienen dueño", recordaba.

A pesar de llevar esta situación con optimismo y de haber entendido esto como una lección de vida, hay momentos en los que Raquel no puede evitar derrumbarse. “Hay días en lo que la paciencia se me acaba y sale mi bestia gruñona, luego llega ese sentimiento de culpabilidad y más de un día las lágrimas de impotencia. Hay momentos en lo que me pregunto ¿Por qué, por qué y por qué?, y otros en lo que le miro y me doy cuenta del regalo que es”.