Laura Sánchez desvela las intenciones de su hija Naia de dedicarse a las redes sociales: "No voy a estudiar, voy a ser youtuber"

  • Laura Sánchez y Aitor Ocio daban la bienvenida en 2006 a Naia, su única hija en común

  • La pareja rompía pocos años después e iniciaba una cruenta guerra judicial por la custodia de su niña

  • La actriz ha concedido una entrevista a Tamara Gorro y ha hablado sobre los deseos de la pequeña de enfocar su futuro profesional en las redes sociales

Después de un año y medio de noviazgo, Aitor Ocio y Laura Sánchez se convertían en padres de su primera hija, Naia. Los caminos de la modelo y el jugador de fútbol se cruzaron en Sevilla, e iniciaron una relación que duró alrededor de cinco años. Sus apariciones públicas por aquel entonces eran constantes y, tras anunciar oficialmente su ruptura, comenzaban una guerra judicial por la custodia y asuntos relacionados con la pequeña. Sobre ella, su adolescencia y la influencia de las redes sociales ha hablado la actriz en una de sus últimas entrevistas.

La intérprete concedía una entrevista a Tamara Gorro para hablar distendidamente sobre el papel de los influencers en la sociedad. Laura se explayaba sobre este tema y aseguraba que éste es un mundo que se debe explicar a conciencia a los más jóvenes. “Puedes seguir a esa persona porque te gusta su modo de vida, te gusta el ejercicio que hace, te gusta lo que come, te gusta el pintalabios que se pone… Pero nunca debes querer ser esa persona”, exponía su punto de vista a la mujer de Garay, que estaba totalmente de acuerdo con su opinión. “Todos los que tenemos un poco de voz en este entero es lo que queremos decir siempre: muestro mi vida tal como es, no al 100% porque soy celosa de mi intimidad, pero lo que muestro es verdad y es mi vida”, añadía.

Tamara apoyaba la teoría de su invitada y redirigía el tema dialogando sobre aquellas nuevas generaciones que desean enfocar su futuro en las redes sociales. “Yo es que ya, como tengo una hija adolescente, veo el perfil de cómo va la cosa”, explicaba entre risas la actriz. “Estos quieren ser influencers, tiktokers y youtubers. ¿Qué vas a estudiar? Yo no voy a estudiar, yo voy a ser youtuber”, desvelaba con naturalidad su caso personal, afirmando que ellos se piensan que “todo es fácil” y ensalzando el esfuerzo y el trabajo de los creadores de contenido: “una buena tiktoker tiene un curro que te mueres, una buena blogger tiene un curro que te mueres, un youtuber tiene un curro y un coco que te mueres…”, comentaba con seriedad, zanjando el tema al aclarar que este trabajo no es solo ir a fiestas o a ver pasarelas.

La convulsa guerra de Laura Sánchez con Aitor Ocio por su hija en común

En 2008 comenzaron las especulaciones de una supuesta crisis entre ellos y un año más tarde realizaron un comunicado en el que anunciaban su ruptura. Por aquel entonces, todo parecía que acabaría de la mejor manera y de mutuo acuerdo, Aitor Ocio ya había fijado su residencia en Bilbao por motivos profesionales y Laura explicaba que tendrían la custodia compartida y que sus viajes iban a ser constantes. Pero entonces estalló una guerra judicial que ha durado casi una década.

Dos años después, el exfutbolista solicitaba al juez la custodia completa de Naia, que en aquel momento tenía cinco años, alegando que la modelo “no ejercía su labor de madre” al vivir entre Sevilla, Madrid y Bilbao. Sánchez, muy afectada, tomaba la decisión de denunciarle ante tales acusaciones y fue entonces cuando empezaron a verse las caras en los juzgados. Un juez otorgaba la custodia completa al defensa y, lejos de terminar con estas disputas, Sánchez tomaba medidas legales de nuevo por colgar en las redes fotografías de la menor.

“A partir de ahora no nos permiten a Naia y a mí seguir compartiendo con vosotros algunos de nuestros momentos juntos (…) Resulta que un padre con la guarda y custodia única no puede compartir en su cuenta personal el orgullo, amor y admiración que siente por su hija (…) Nos han borrado nuestras fotos, pero jamás nadie podrá borrar nuestras sonrisas”, estallaba el vasco después de que un juez diese la razón a la madre de la pequeña.