Marina Rivers se ha convertido en una de las voces más reconocibles del panorama digital. Ya es influencer de referencia entre la Generación Z, y se dio a conocer en TikTok, donde acumula millones de seguidores. Con el paso del tiempo ha ampliado su presencia en redes sociales y en televisión, participando recientemente en un programa culinario que le ha permitido mostrar una nueva faceta. Rivers combina su vida personal con su perfil profesional: comparte su día a día, habla abiertamente de sus relaciones, de sus estudios (cursa dos carreras universitarias), y no duda en abordar temas como el derecho o la economía, campos que le apasionan y sobre los que suele reflexionar en sus contenidos.

En sus redes, Marina ha encontrado el equilibrio entre dos mundos que muchos consideran incompatibles y en el que aseguran que no puedes tener el mismo pensamiento crítico si expones tu físico en redes. Esa dualidad ha sido precisamente el eje de su discurso durante los últimos Premios Yo Dona Poder Femenino 2025, donde fue una de las protagonistas de la alfombra roja y donde aprovechó su intervención para lanzar un mensaje claro y directo.

Durante su intervención, Marina Rivers abordó de forma directa la misoginia que aún persiste en el entorno digital. Denunció el criterio al que son sometidas las mujeres, especialmente cuando se expresan desde espacios como las redes sociales. “Es verdad que como mujer dentro de las redes sociales, he sufrido mucha misoginia porque parece que una no puede estudiar dos carreras y que le guste el derecho o la economía pero también verse sexy y ponerse un escote o subir una foto en bikini”, afirmó ante el público.

La influencer subrayó que sus publicaciones enfocadas en temas de contenido académico o social suelen ser cuestionadas o minimizadas por el hecho de mostrar su cuerpo o vestir con prendas más escuetas. “Muchas veces, he subido vídeos sobre los temas que sí me gustan, que es el derecho y la economía, y se han visto minimizados porque, claro, una mujer no puede subir una foto en bikini y luego que la gente pretenda que la tomen en serio”, denunció.

Con tono firme, Marina reivindicó el derecho de las mujeres a expresarse libremente, sin que su aspecto físico condicione la validez de sus opiniones. “Estoy aquí para reivindicar que las mujeres somos mucho más que un bikini, somos mucho más que un escote y nos podemos poner lo que nos dé la gana y que nuestra opinión importe”, ha sentenciado. Cerró su intervención con una frase que fue aplaudida por el público y que resume el espíritu de su discurso: “Vayamos tapadas hasta aquí o enseñando todo el culo”.

La intervención de Marina no solo ha servido como una declaración personal, sino como reflejo de una realidad que viven muchas creadoras de contenido. Así lo han expresado a través de redes cientos de usuarios que han aplaudido a través de comentarios el reivindicativo discurso de la influencer.

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