La compleja relación de Carmina Ordóñez con su padre, el torero Antonio Ordóñez

Para Carmen Ordoñez la pérdida de su madre fue un duro golpe, que hizo mella en la relación con su padre
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En 2004 fallecía de manera imprevista Carmina Ordóñez, una noticia que dejaba a todos los que la conocieron con el corazón encogido y muchas incógnitas en torno a su muerte. Ella siempre vivió la vida a su manera, defendiendo su libertad y haciendo frente a las críticas que recibió por ello, independientemente de quién vinieran.
Sus relaciones familiares no siempre fueron sencillas, sus hijos en algunas ocasiones mostraron su descontento por su manera de vivir, algo que también le sucedió con su padre, a quien adoraba, pero con quien mantuvo una relación en la que no siempre reinó la cordialidad. Antonio Ordóñez sufrió por las críticas que su hija recibía y ella no siempre estuvo de acuerdo con las decisiones que el torero tomó.
La difícil relación entre Carmina Ordóñez y su padre
Aunque con el paso del tiempo se conoció más a Carmina Ordóñez por su vida social y sus relaciones, ella siempre formó parte de una de las familias más destacadas del panorama social, no por nada era Ordóñez Dominguín, algo que ella llevaba con mucho orgullo.
Antonio Ordóñez era uno de los toreros más famosos de la época, una de las figuras del toreo y todo un referente en la profesión; Carmen Dominguín pertenecía a otro de los clanes taurinos más importantes, por lo que su unión era, a nivel social, una de las más importantes del momento, uniendo dos familias en una sola. Juntos tuvieron dos hijas: Carmen y Belén.
Antonio crió a sus hijas con excesiva disciplina, por eso ambas, en cuanto vieron la posibilidad de comenzar sus vidas de manera independiente, lo hicieron. Ambas se casaron todavía siendo menores de edad, Belén con Juan Carlos Beca Belmonte, Carmen con un torero como su padre, Francisco Rivera ‘Paquirri’. Las dos acabaron divorciándose.
La relación de Carmen con su padre era cercana, le admiraba y le quería, pero nunca aceptó que Antonio volviera a casarse solo catorce meses después de la muerte de su madre. Carmen Dominguín mantenía unida a la familia y su muerte en 1982 a causa de un cáncer fue un duro golpe para todos. Poco tiempo después, Antonio volvía a casarse con Pilar Lezcano.
Esto, según reveló en Lazos de Sangre Julián Contreras, el hijo de Carmen Ordoñez, fue un duro golpe para Carmina, quien veía esta nueva relación como una forma de borrar la figura de su madre, dejarla olvidada. Un motivo más de fricción entre padre e hija, algo sobre lo que habló la propia Pilar en una entrevista para ABC, donde aseguró que “Antonio tuvo debilidad por Carmen”, confesó en 2012. “En su mundo del toro no era agradable escuchar las cosas que se comentaban de su hija. Le dolía mucho”.
Las diferentes maneras de ver el mundo hacía que Antonio, que habría deseado que sus hijas estudiaran en la universidad, sufriera ante lo que la opinión pública tenía que decir sobre su hija, mientras que Carmen jamás llegó a perdonar la nueva relación de su padre y que rehiciera su vida tan poco tiempo después de la muerte de Carmen Dominguín. Carmina nunca aceptó a Pilar.