La vida de los hijos de Audrey Hepburn: Sean es productor de televisión y Luca dirige su fundación benéfica

  • Audrey Hepburn fue una de las actrices más icónicas de la historia.

  • Durante su corta carrera profesional, Audrey vivió varios idilios que le marcarían para siempre.

  • De ellos nacieron sus dos únicos hijos, Sean y Luca.

Audrey Hepburn fue una de las mujeres más atractivas y proliferas dentro del mundo de la interpretación. Al igual que su carrera profesional, su vida sentimental fue de lo más convulsa y agitada. Durante muchos años, fue un claro ejemplo de saber estar, felicidad y éxito, pero toda esta apariencia se truncó cuando se empezó a conocer un poco más cómo era su día a día.

La actuación fue lo que le mantuvo a flote, al igual que el apoyo de sus hijos. Fue uno de ellos, Sean, quien cuenta en un documental que su madre había sentido, en la mayoría de sus días, cierta traición. Sobre todo, provocada por los hombres que la rodeaban. Ahí, Sean contó que el único deseo de su madre era “sentirse amada”.

El primer hijo de Audrey, Sean, nació de su matrimonio con Mel Ferrer

Audrey nació en Bélgica en 1929 y comenzó con su carrera cuando todavía era muy joven, durante los años 40. Luego, en 1967 decidió dejarlo todo y dedicarse, en cuerpo y alma, a sus dos hijos. Fue a mediados de los años 60 cuando Audrey dio la bienvenida a su primer hijo, Sean, quien nació de su matrimonio con su primer marido, Mel Ferrer. Además, tras su nacimiento, la familia intentó ampliar la familia, pero Audrey sufrió dos abortos involuntarios.

Sean es productor de cine y mantuvo una estrecha relación con su madre

Su primogénito, que ya ha pasado los 60 años, quiso seguir los pasos de su madre, aunque eso sí, al otro lado de la cámara. Así, se formó como productor de cine y hoy en día es muy reconocido en su trabajo. Además, Sean escribió un libro, donde contó cómo había sido la vida de su madre y su estrecha relación. Actualmente, son pocos los datos que tenemos del hijo mayor de Audrey Hepburn, ya que siempre se ha querido mantener en un segundo plano. Sí que conocemos que está casado con Karin Hepburn Ferrer y tiene tres hijos: Emma, Gregorio y Santiago.

El segundo marido de Audrey fue el psiquiatra Andrea Dotti

Tras el nacimiento de Sean, Audrey fue madre por segunda vez, de Luca, aunque esta vez con Andrea Dotti. La pareja se había conocido durante un crucero y él trabajaba como psiquiatra. Ambos decidieron darse el ‘sí, quiero’ en 1969. El propio Sean confesó que Andrea era un gran padrastro, aunque parece ser que no fue tan bueno como marido. Durante su embarazo de Luca, Audrey estuvo muy preocupada; había sufrido varios abortos y no quería salir de casa. Mientras tanto, Andrea se iba de fiesta y, también, llevaba mujeres a casa cuando Audrey no estaba. Su divorcio llegó en 1982.

Ha sido Luca quien más ha estado en contacto con la prensa y es muy asiduo a los eventos sociales más exclusivos. El hombre está casado con Domitila Dotti y viven en la ciudad de Roma. Además, al igual que su hermano, él también ha escrito un libro sobre su madre, aunque esta vez haciendo referencia a sus recetas.

Preside la organización The Audrey Hepburn Children's Fund

Actualmente, Luca es presidente de la organización benéfica The Audrey Hepburn Children’s Fund, que se fundó una vez muerta la actriz. Además, los hermanos están muy unidos y a finales de 2017 decidieron subastar varias prendas de la actriz, como su icónica gabardina Burberry de Breakfast and Tiffany’s. El objetivo de los hermanos era que se preservara el legado de Audrey durante los años.

Tras romper su matrimonio con Dotti, la actriz se marchó a Suiza

Tras romper su matrimonio con Andrea Dotti, la actriz se marchó a Suiza. Fue en ese lugar idílico donde llegó otro de sus grandes amores. Fue el actor holandés Robert Walders con quien estuvo diez años y con quien nunca llegó a pasar por el altar.

Hasta sus últimos días, Audrey luchó por los derechos de los niños

Hasta su muerte en 1993, Audrey se dedicó, en cuerpo y alma, a los niños a través de la ONG, Unicef. Fueron estos quienes la mantuvieron con cierta ilusión, quienes le hicieron reencontrarse con la parte buena de vida y, sobre todo, la entretuvieron cuando se sentía más sola. Así, se convirtió en todo un símbolo de la visibilidad de los derechos de los pequeños. “No solo luchó por los derechos de los niños, sino por el derecho al amor, la educación o el acceso al sistema de salud”, cuenta Sean en ese documental.