Las relaciones no siempre son fáciles, pero vivir en equilibro y calma nos ayuda a entender mejor a los demás y, sobre todo, a entendernos mejor a nosotras mismas. Esto nos lleva al respeto y a dar su lugar a los demás, independientemente de la relación que tengamos. Es decir, puede ser que no tengas relación con tu madre, pero no por ello dejará de serlo. Puede sonar raro, pero estas situaciones son frecuentemente tratadas en la terapia de constelaciones familiares.

En las constelaciones familiares, la madre representa la vida, el amor, la nutrición emocional y la conexión con la abundancia. Es el primer vínculo que tenemos al nacer y nuestra relación con ella influye en nuestras emociones, en cómo nos relacionamos con el amor, la seguridad, la autoestima y el éxito en la vida. Sanar el vínculo con ella, independientemente de su historia, nos ayuda a vivir con más plenitud.

Bert Hellinger, creador de este método, enfatiza que nuestra capacidad de recibir (amor, dinero, felicidad) está directamente ligada a nuestra conexión con la madre. Cuando hay conflictos no resueltos con ella, es común que enfrentemos dificultades en diferentes áreas de la vida, por eso es muy importante que la relación sea sana, independientemente de la relación que exista.

La madre es el origen, la primera fuente de amor y la conexión con la vida. Desde la mirada de Bert Hellinger, la relación con la madre impacta directamente en varias áreas:

La madre como fuente de vida

La madre es la primera persona con la que tenemos contacto en el vientre, es la forma en que recibimos su amor influye en nuestra capacidad de recibir en general (amor, dinero, éxito...). Si aceptamos a nuestra madre tal como es, nos conectamos mejor con la vida. Cuando hay rechazo, enfado o resentimiento, podemos sentirnos bloqueados, cansados o sin rumbo en la vida.

La madre y la autoestima

La manera en que nuestra madre nos validó en la infancia afecta cómo nos valoramos a nosotras mismas. Cuando se crece con críticas constantes o ausencia emocional, puede formarse una autoestima frágil. Si hay o hubo rechazo hacia la madre, puede haber problemas de inseguridad, baja autoestima o falta de amor propio; igualmente, si sentimos que la madre no nos dio suficiente amor, podemos pasar la vida buscando validación en otras personas. Sanar el vínculo con ella nos ayuda a sentirnos suficientes y válidas.

La madre y la capacidad de recibir 

La madre es nuestra primera fuente de nutrición emocional y física. Si nos cuesta recibir amor, dinero o reconocimiento, puede haber un rechazo inconsciente hacia la madre. Aceptarla con gratitud nos permite abrirnos a la prosperidad y el éxito.

La madre y la relación con el dinero y el éxito

La abundancia en la vida está relacionada con la madre, porque ella es la que nos dio la vida. Si rechazamos o juzgamos a nuestra madre, inconscientemente nos cerramos a recibir. Muchos problemas financieros o falta de éxito pueden estar relacionados con una desconexión con la energía materna.

La madre y las relaciones de pareja

La manera en que nos vinculamos con nuestra madre también influye en cómo damos y recibimos amor, sobre todo en pareja. Si hubo rechazo, abandono o conflictos con la madre, es común que haya dificultades en el amor (relaciones inestables, miedo al compromiso, dependencia emocional), ya que podemos buscar parejas que compensen ese vacío o repetir patrones dañinos. Un vínculo no resuelto con la madre puede generar dependencia emocional, miedo al abandono o rechazo a la intimidad.

En constelaciones familiares se han identificado ciertos patrones que pueden afectar la vida de una persona si su vínculo con la madre no está en equilibrio:

Aceptar a la madre tal como es

No podemos cambiarla, pero sí podemos aceptar que hizo lo mejor que pudo. Muchas veces cargamos resentimiento porque no nos dio lo que esperábamos, pero comprender que hizo lo mejor que pudo con sus propios recursos emocionales nos ayuda a liberar el dolor.

Honrarla y agradecerle por la vida

Independientemente de cómo haya sido la relación, la madre nos dio lo más importante: la vida. Agradecer por eso ya es un paso sanador, incluso si fue una madre ausente o difícil, nos ayuda a reconectarnos con la energía vital.

Dejar de exigir lo que no pudo dar

Muchas veces los padres no pudieron darnos lo que necesitábamos, porque ellos mismos tenían heridas, pero seguimos esperando amor, atención o validación de nuestra madre, aunque ya no pueda dárnoslo. Es importante soltar esa expectativa y darnos a nosotros mismos lo que necesitamos.

Liberarse de cargas y recuperar nuestro lugar en el sistema familiar

Si hemos asumido el rol de "cuidar" o "salvar" a la madre, es importante devolverle su lugar y ocupar nuestro lugar como hijos. En constelaciones, esta dinámica se trabaja colocando a la madre en su posición y permitiéndonos recibir de ella.

Hacer un ejercicio de reconciliación

Un ejercicio poderoso de constelaciones es decir en voz alta: "Mamá, te honro y te tomo como mi madre tal como eres. Gracias por darme la vida. A partir de hoy, tomo todo lo bueno de ti y dejo lo que no me pertenece". Esto rompe patrones inconscientes y nos ayuda a liberar cargas emocionales.

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