Blogueras, presentadoras y actrices lesbianas: así están cambiando las vips las reglas

Esther L.Calderón 26/04/2017 18:33

¿Una presentadora de éxito lesbiana? ¿Una bloguera de moda? ¿Una actriz? ¿Incluso Miss Universo? Si todo esto te sorprende, los tópicos sobre la homosexualidad femenina están más presentes en tu cabeza de lo que crees. Bienvenido/a al mundo real.

La boda del año tiene nombre de mujer. Sin exclusiva en revistas y contándolo a través de sus redes, la 'influencer' Dulceida (más de un millón de seguidores en Instagram) y su chica, Alba Paul, se daban el "sí, para siempre" el pasado septiembre. Sellando así la revolución que la bloguera inició al salir del armario con un emotivo vídeo colgado en su canal.

Otro enlace mediático protagonizado por dos chicas es el de la actriz Samira Wiley ('Orange Is the New Black') y la guionista de la misma serie, Lauren Morelli. Se conocieron rodando y, por entonces, Morelli estaba casada con un hombre y tal como explicó a la revista 'The Hollywood Reporter', su trabajo en la serie le hizo comprender su homosexualidad.

La presentadora Sandra Barneda utilizó su blog en Telecinco.es para alzar su voz por el Orgullo Gay, y para contar por primera vez en público que es lesbiana: "Reconozco que jamás me he ocultado, pero me he mostrado a mitad y he sufrido por ello. Mis amigos y familiares, a su debido tiempo y con un previo tragar saliva por miedo al rechazo, han sabido de mi homosexualidad. Jamás he inventado novio, ni en el trabajo ni en casa. Pero es cierto, que durante algún tiempo, parecía que mi vida sentimental era un desierto. Ellos no preguntaban, yo no hablaba. Ese silencio acordado se me fue con el tiempo haciendo una bola difícil de tragar".

Monserrat Oliver (50), una mezcla entre Ana Rosa y la propia Sandra Barneda, ha sido una de las últimas mujeres famosas en presentar sin complejos a su chica, la fotógrafa y modelo Yaya Kosikova. Fue a lo grande, en la portada mexicana de Vanity Fair, uno de los países latinos más machistas. Y se armó.

Algo parecido sucedió aquí hace tres años con Patricia Yurena, Miss España 2013 y primera dama de Miss Mundo, al colgar en pleno subidón de amor una imagen a punto de besar a su entonces novia, la cantante Vanesa Klein. La prensa española y Latinoamericana se hizo eco en masa y lo resumió en un titular significativo:'La primera miss que sale del armario'. Aquel tsunami duró más de un mes. Pero, ¿por qué fue tan notorio? ¿Qué sorprende del hecho? ¿Que haya una lesbiana femenina, sexy y a la que le gusta la moda? ¿Será, por otro lado, que estamos en España ansiosos de referentes que abran caminos?

"Hice la publicación [de la foto] con toda naturalidad y de forma impulsiva. Les agradezco las muestras de apoyo y más aún que se alegren de mi felicidad.Gracias!!", escribió Patricia Yurena en su Instagram al día siguiente. Lo que no dijo fue que también recibió algún que otro (muchos) insulto troglodita. (Nota: uno solo de esos insultos siguen justificando que este día exista).

Parece obvio que los estereotipos juegan su papel: quizá no esté de más recordar, aunque suene ridículo, que hay lesbianas en todos y cada uno de los gremios y que, por seguir con el tema, no todas las lesbianas llevan camisas de cuadros, aunque sean bien bonitas, la moda grunge esté en auge y resulte que algunas sí. Todo parece indicar que estamos asistiendo, si las cosas siguen su curso, al nacimiento de nuevos iconos lésbicos en España, escaso de referentes más allá de... de… ¿Ellen DeGeneres no cuenta, no?

Otra de las salidas del armario bomba, aunque internacional, fue la de Ellen Page, harta de lo que denominó "la mentira por omisión". Jodie Foster también se había cansado de 'omitir' en los Globos de Oro, pero Page fue más sobria, con un discurso al estilo Obama. Y lo hizo en un lugar tan simbólico como la Conferencia de los Derechos Humanos el día de San Valentín. Dijo cosas como esta: "Siento que tengo una obligación personal y una responsabilidad social". O esta: "Hay gente que va a la escuela todos los días y les tratan como a una mierda sin razón". O también: "Hollywood establece estándares de belleza, de éxito. Estándares que, odio admitirlo, me han afectado".

Algo avanza, aunque nadie se pone de acuerdo si es mucho, poco o hacia dónde. De hecho, la tendencia 'lesbian chic' vive horas especialmente felices. Cara Delevigne (que ha estado abiertamente con la cantante y actriz St. Vincent) es su ejemplo más recurrente (aquí abajo puedes ver sus fotos para Yves-Saint Laurent con la modelo Ondia Hardin). La alta costura elige valores y los lanza al imaginario colectivo: según parece, ser lesbiana (siempre que sea una chic) es peligroso, transgresor, glamouroso, provocador.

Esta mayor presencia lésbica unida a marcas, ha sido celebrada por muchos como una apertura a la visibilidad, pero no todos están de acuerdo. Según algunos sociólogos, no son otra cosa que la repetición de "estereotipos lésbicos artificiales y conservadores". Y que, además, relegan de nuevo a la invisibilidad a las lesbianas masculinas, que no se ajustan a los cánones de belleza mayoritarios. Esos de los que hablaba Page.

También indican que este marketing 'chic' está hecho para el varón heterosexual, de mediana edad y blanco, el target que mueve el mundo con su tarjeta de crédito. Un ejemplo fue la portada para 'V' de Rihana y Kate Moss, con bien de tópicos, látigos y cuero. Vamos, provocación pura: algo que ya inventó Madonna hace mucho con aquel beso con Britney y Aguilera. Pero, ¿qué es mejor? ¿Qué haya cada vez más presencia de chicas amando a chicas con naturalidad o que no? ¿Por dónde se empieza a mover el cambio?

La prestigiosa revista Tatler ya dedicó su número de hace cuatro años al universo lésbico, con una imagen de Chavela al estilo Warhol en la portada. Kate Reardon, la editora de la publicación, explicó el motivo por el que había elegido el enfoque: "Las reacciones de la sociedad frente a dos mujeres besándose pasa lejos de la naturalidad. La gente se siente amenazada o excitada con la idea de una mujer homosexual", escribió.

La intimista película 'La vida de Adele', con Léa Seydoux y Adèle Exarchopoulos y que consiguió la Palma de Oro en Cannes, también tuvo su particular dosis de debate. Para unos no eran necesarias escenas de sexo tan explícitas, sobre todo porque estaban armadas desde la mirada heterosexual masculina del director, pero para otros esta historia de amor adolescente ha supuesto un antes y un después en el tratamiento de la homosexualidad femenina, que en Hollywood suele encarnarse en 'femme fatales' que acaban asesinadas o cometiendo algún atroz crimen. 'Los chicos están bien', con Annette Bening y Julianne Moore en el papel de un matrimonio con dos hijos, fue la primera historia sobre lesbianas dirigida por una lesbiana que optó a los Oscar. Y apenas tiene siete años.

Queda mucho. Y en España, más. A pesar de que el matrimonio homosexual llegó en 2005 (ha habido más de 35.000 bodas gays desde entonces) y somos un ejemplo en derechos, las lesbianas conocidas no suelen dar el paso de hacer pública su condición. Al menos no a lo DeGeneres. Solo por eso, las fotos de Patricia Yurena y Dulceida adquieren relevancia positiva, sobre todo por la naturalidad. Puede intuirse también un cambio generacional en el tratamiento de la intimidad: ambas están en la veintena.

Periódicos como El Mundo publican periódicamente listas con los gays más influyentes (no siempre con su permiso), entre los que suenan nombres recurrentes como Elena Anaya o Sandra Barneda Pocas empresarias, directivas y deportistas. ¿De verdad no hay mujeres abiertamente homosexuales en esos ámbitos? ¿Existe esa 'responsabilidad social' de la que hablaba Page o cada cual tiene derecho a vivir su sexualidad en privado sin la obligación de convertirse en un estandarte? ¿Tiene sentido, en pleno siglo XXI, 'salir del armario' o nadie tiene por qué poner palabras a actos suficientemente claros (a lo Kristen Stewart pasean de la mano con Soko delante de los periodistas)? De una cosa estamos desgraciadamente seguros: todos estos debates seguirán presentes el próximo 26 de abril.