El tubérculo con forma de tallarín se pone de moda: verdades de la pasta konjac que come Pilar Rubio para no engordar

  • La raíz de konjac es un tubérculo de origen asiático muy rico en fibra y bajo en calorías que se usa en las dietas de adelgazamiento

  • Junto a su nutricionista, Pilar Rubio ha compartido en redes una receta elaborada con pasta konjac

Konjac o shirataki, así se llama el último 'alimento milagro' que se ha puesto de moda entre quienes buscan mantener o bajar su peso sin pasar hambre. Pilar Rubio junto a su nutricionista, Elisa Blázquez, ha querido compartir con todos sus seguidores de Instagram una receta con esta pasta saciante y sin apenas calorías.

Para quienes sólo habían oído hablar de la konjac fuera de la cocina como como la esponja de limpieza facial que dobla su tamaño cuando la mojas, hoy analizamos en profundidad todas las propiedades, beneficios y contraindicaciones de este ‘alimento milagro’ con ayuda de Mª José (Teté) Cachafeiro, farmacéutica, nutricionista y alma mater de @laboticadetete, una comunidad (redes sociales, web y blog) dedicada al consejo y asesoramiento en nutrición, salud y belleza.

Teté nos cuenta que la raíz de Konjac es un tubérculo de origen asiático muy rico en fibra del que se obtiene un polvo purificado, o harina purificada, que contiene casi de manera exclusiva la fibra y que es lo que se conoce como glucomanano. De la mezcla de esta harina con agua se obtienen productos alimentarios que se comercializan, en general, en formato ‘pasta': espaguetis, nodles, fideos, arroz…

Es decir, hay que diferenciar entre la raíz, la harina y el producto alimentario obtenido de esta harina porque, nos aclara Cachafeiro, según la definición establecida por la Ley el glucomanano en si es un complemento alimenticio, mientras que la pasta que se comercializa a base de la harina de konjac se ajusta más a la definición de producto alimentario que a la de alimento por la falta de valor nutritivo.

Para explicar la falta nutrientes Teté nos desglosa la composición aproximada del tubérculo o raíz de konjac: alrededor de un 60% de fibra soluble (a la que llamamos glucomanano), entre un 10 y un 30% de almidón (hidratos de carbono), alrededor de un 2% de otros hidratos de carbono, en torno a un 10% de proteínas, pequeñas cantidades de minerales como cromo, calcio, cobalto, hierro, potasio, sodio, etc. y se ha observado la presencia de vitaminas del grupo B (B1, B2 y B3) en cantidades muy, muy pequeñas.

El problema es que antes de llegar a la mesa es necesario obtener un polvo que se purifica mediante diferentes procesos que eliminan parte de sus componentes, de manera que finalmente en la harina prácticamente sólo queda la fibra, el glucomanano. Esta harina es la que se mezcla con agua (es capaz de retener entre 50 y 200 veces su peso en agua) para dar lugar a los productos alimentarios. De manera general, 100 gr de las pastas que se comercializan a base de glucomanano contienen entre 3 y 5 gr de la harina y el resto es agua.

Su bajo aporte calórico, 7 kcal por 100 g., ha convertido al shirataki en un caramelito para quienes siguen una dieta de adelgazamiento, pero también juegan a su favor otras virtudes que nos desglosa la nutricionista: por su capacidad para absorber o retener agua es un producto muy saciante y con esa finalidad es con la que más se utiliza. Al llegar al estómago y en presencia de agua, esta fibra se hincha y por eso nos sentimos saciados.

Otro beneficio es que al tratarse de una fibra no digerible (nuestro sistema digestivo no es capaz de digerirla) es un producto con propiedades prebióticas: llega al intestino sin aprovechar y puede ser utilizado como ‘alimento’ por nuestra microbiota intestinal. Además, puede resultar útil si tenemos problemas de estreñimiento.

Parece todo tan bonito que no puede ser verdad y, efectivamente, no lo es. Dejamos para el final los inconvenientes asociados a su consumo, que se han podido deducir de nuestra conversación con Teté, pero que ella prefiere dejar claros: por un lado, la ingesta de glucomanano sin aportar la cantidad adecuada de agua puede producir obstrucciones tanto a nivel esofágico como intestinal. Este problema está más asociado a los complementos o las preparaciones en seco, si hablamos de la pasta conviene recordar que ya es prácticamente agua, aunque se sigue recomendando ingerirla acompañada de líquido. Por otro, su consumo también puede producir flatulencias y otras molestias intestinales.

Además, advierte, no debe consumirse al mismo tiempo que la toma de medicamentos pues podría afectar a su absorción. Lo mismo ocurre con los nutrientes de los alimentos que podrían ver reducido su aprovechamiento.

Como experta en nutrición y salud, queremos que nos de su opinión sobre el uso de este tipo de ‘pastas’ en nuestra dieta y lo cierto es que de ‘alimento milagro’ nada pues recomienda su uso esporádico, 2 o 3 veces al mes, en el contexto de una alimentación equilibrada y de un aporte de nutrientes adecuado (este producto no aporta nada a nivel nutricional), aunque en su opinión existen mejores alternativas que suman pocas calorías con un buen aporte de micronutrientes como pueden ser las ‘pastas’ de verduras.

Esta recomendación no es en sí porque la pasta sea mala (si no te da problemas intestinales y lo tomas con suficiente agua), sino porque no aporta nutrientes e incluso puede evitar el aprovechamiento de los de otros alimentos que se tomen con ella, por lo que si la comemos muchas veces estaremos nutriéndonos peor, que es uno de los problemas de las dietas milagro, reducimos calorías, pero eliminamos además muchísimos nutrientes necesarios.

“Mi opinión es que tanto los complementos alimenticios como los productos alimentarios a base de glucomanano pueden utilizarse dentro del abordaje de la obesidad o el sobrepeso, por su efecto saciante. Es una opción que puede resultar útil, eso sí con control profesional y sin abusar.

Debemos tener en cuenta que en el caso de los productos alimentarios (los formatos “pasta”), 100 gr de producto aportan ya cantidades de glucomanano incluso por encima de las recomendaciones diarias y no aportan a nivel nutricional nada más.

En este punto aclara que la recomendación de uso como complemento alimenticio, en el caso del efecto saciante y como ayuda a la pérdida de peso, es la toma de 1 gramo de glucomanano y dos vasos de agua 3 veces al día, antes de las comidas principales. Las ‘pastas’ contienen por cada 100 gramos entre 3 y 5 gramos de glucomanano, por lo que estaríamos cubriendo ya estas cantidades recomendadas o incluso superándolas. Además, lo estaríamos ingiriendo en una sola toma y no en tres como se recomienda para el efecto saciante, de este modo sólo obtendríamos ese efecto en una de las comidas.

Si queremos sustituir la pasta por otras opciones más ligeras personalmente me gusta mucho más recomendar el uso de verduras como el calabacín o raíces como la zanahoria con las que podemos realizar platos de ‘pasta’ ligeros y mucho más nutritivos, teniendo en cuenta además que la mayoría no llegamos a las 5 raciones de frutas y verduras diarias recomendadas”.