La colaboradora de televisión ha vuelto a poner sobre la mesa esta enfermedad autoinmunitaria que crea tanto complejo en nuestra sociedad, la experta no cuenta todo sobre ella
Alexia Rivas cuenta novedades sobre la alopecia areata que sufre: "Mi intención es ir contando el proceso"
Hay enfermedades que además de las consecuencias de la propia dolencia, traen consigo cargas extra como el estigma que conllevan o el impacto psicológico que desencadenan. Una de ellas es la alopecia areata, una enfermedad que provoca la caída del cabello por diferentes causas, esta pérdida capilar provoca complejos y tiene un impacto a nivel de salud mental. Sin embargo, cada vez hay más figuras públicas que se atreven a alzar la voz y a describir cómo se vive este diagnóstico en primera persona. Una de las últimas en hacerlo ha sido Alexia Rivas, la colaboradora de televisión e influencer se confesó a través de su redes sociales a principios de diciembre. Su pretensión era sencilla, que sus seguidoras no pensaran que todo en su vida era ideal y que ella no era "doña perfecta", porque le pasan "cosas como a todo el mundo".
La joven compartió que en 2025 había sufrido unos meses muy duros, sobre todo de abril a octubre y que esto había tenido consecuencias físicas, una de ellas esta enfermedad. "La alopecia areata es una forma de alopecia autoinmune en la que las propias defensas de nuestro organismo sienten al pelo como un enemigo y lo inflaman para destruirlo. Tanto la forma de presentarse, con caída severa y aguda de cabello y formación de áreas sin pelo, es diferente a otras alopecias, que tiene causas hormonales o de desajuste del ciclo capilar", explica la doctora Alba Gómez Zubiaur, dermatóloga especialista en Tricología y transplante capilar.
Para detectarlo hay que examinar el cuero cabelludo, porque la caída se suele dar de una forma muy particular, que llama la atención y antes de la caída también hay otro síntoma: "Se suele manifestar como la aparición repentina de placas alopécicas (sin pelo) en diferente número, que pueden localizarse en la cabeza o en las cejas y pestañas. Cuando tocas el pelo de la zona es muy fácil arrancarlo con una mínima tracción".
No toda la culpa es del estrés: "Se puede entrar en un bucle"
La doctora resalta que esta enfermedad tiene un componente genético, como todas las enfermedades autoinmunes, aunque el estrés pueda actuar como desencadenante. En este sentido la dermatóloga es clara: poner todo el foco en el estrés se traduce en poner gran parte de la responsabilidad en el paciente, algo que no sería justo. "El estrés puede desencadenar la aparición de la enfermedad, agravarla y que sea más extensa y dificultar su resolución. Sin embargo, la base es la predisposición a la enfermedad y no solo la presencia de estrés", sentencia.
Si abordamos la enfermedad centrándonos en el estrés, esto puede traer más consecuencias: "No podemos cargar todo el peso y culpa al paciente y responsabilizarle de este estrés sufrido ya que esto aun agravará más la situación. la vivencia de la enfermedad por si misma, ya acarrea un plus de estrés ante la incertidumbre del avance de la pérdida de pelo y se puede entrar en un bucle de retroalimentación de la ansiedad: pierdo pelo porque tengo estrés y esto me hace estar más estresada y perder más pelo. Es importante salir de ese bucle y para ello no debemos responsabilizar al paciente de la situación vivida".
Tengo alopecia areata: ¿cuándo me crecerá el pelo?
Tal y como apunta la especialista, una de las grandes batallas de esta enfermedad es la incertidumbre. Por esto, no es tan sencilla responder a la pregunta del millón: ¿cuándo volverá a nacer el pelo?. "Sabemos que a diferencia de otras alopecias autoinmunes que sí generan una destrucción completa de los folículos, en la alopecia areata esto no ocurre y siempre es potencialmente reversible la pérdida capilar". Pero la experta es cauta, porque no todos los casos clínicos son iguales: "Hasta que no se logre controlar la inflamación que limita el crecimiento del pelo, no se podrá recuperar y controlar esta inflamación puede llegar a ser complejo en algunos casos. Una vez que vemos que el pelo empieza a crecer de nuevo, podremos transmitir al paciente que se irá cubriendo la zona, al principio con pelo fino y blanco y luego con pelo grueso y del color habitual".
Para curar la enfermedad es necesario acudir a un profesional que valore la gravedad de cada caso, en función de la cual se actuará: "Si el cuadro es muy leve (una sola placa pequeñita sin pelo) se podría recuperar de forma espontánea. No obstante, siempre podemos ayudar pautando tratamiento y en los casos más moderados o severos el tratamiento será fundamental para lograr la repoblación", apunta la doctora. Los medicamentos utilizados son diversos, según describe la experta: "Nos basamos en fármacos aplicados, infiltrados localmente mediante mesoterapia u orales, según la severidad del cuadro, y con acción antiinflamatoria específica".
En cuanto a la estigmatización de esta dolencia, la doctora ve como positivo que los personajes públicos que la padecen, como Alexia Rivas, se manifiesten y lo normalicen: "Actualmente hay mucha más visibilidad de esta patología. Ayudó mucho en su momento el testimonio de Jada Pincket y lo hacen siempre los testimonios de hombres y mujeres que tienen una mayor exposición pública. También ayudan en gran medida los colectivos y asociaciones de pacientes con esta patología. Siempre la mayor visibilidad ayuda a conocer y normalizar una enfermedad aunque es importante que no se caiga en la vanalización".