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Entrevista

Entrevista a Patricia Montero: “Con Álex (Adrover) somos muy equipo, pero también muy libres"

Patricia Montero. Calido
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MadridPatricia Montero cierra el año con la sensación de haber vivido a toda velocidad, entre rodajes, proyectos que la ilusionan y una maternidad que abraza con tanta naturalidad como energía. Tras meses intensos de grabaciones llega a diciembre con ese cansancio dulce que dejan las cosas que se hacen con pasión, y con unas ganas enormes de bajar el ritmo, volver a casa y entregarse a la calma en familia. Parte de ese equilibrio lo encuentra también en Calido, el innovador concepto residencial del que es embajadora y en el que ha encontrado un espacio que encaja por completo con su estilo de vida.

Hablamos con Patry sobre cómo consigue sostenerlo todo y sobre ese estilo de vida consciente que comparte con una comunidad digital que la acompaña desde hace años. Actriz desde los seis, creadora de contenido y parte esencial de un universo donde el yoga y la meditación se han hecho imprescindibles, transita su día a día guiada por tres pilares muy claros: su familia, su trabajo y ella misma.

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En esta charla nos cuenta cómo gestiona la exposición en redes, cómo organiza una conciliación tan nómada como realista y de qué manera el yoga y el movimiento le han cambiado la vida. También nos revela sus rutinas fitness, los pequeños rituales que la sostienen y esos “secretos” que dejan ver a la Patry más auténtica: la que celebra el caos bonito de su hogar, la que se refugia en el mar y la que sigue apostando, sin prisa pero sin pausa, por una vida más consciente.

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¿Cómo estás acabando el año? ¿Con ganas de un descanso?

Estoy muy bien, sí, ha sido un año intenso de rodajes. Un poquito cansada, pero como siempre muy, muy feliz. Y con muchas ganas de unos días tranquilos en Navidad para bajar el ritmo, estar en casa y disfrutar de la familia sin horarios.       

Eres una auténtica ‘influencer’ con más de 700K seguidores. ¿Qué es lo mejor y lo peor que te aportan las redes?       

Lo mejor, sin duda, es la comunidad tan bonita que se ha creado. Gente que lleva años acompañándome, que comparte, que se emociona, que te envía cariño y que siente que crece contigo. Cuando se usan con conciencia, las redes pueden ser un lugar precioso de inspiración mutua.

Lo peor es el exceso de exposición. A veces hay demasiadas opiniones, demasiados estímulos, demasiado ruido. Y en días sensibles, eso puede pesar. Por eso intento llevarlo con equilibrio, mostrando solo lo que realmente aporta y cuidando mucho mi espacio personal.

En tus redes vemos que no paras. ¿Cómo llevas compaginar ser mamá con tus proyectos?

Con mucha organización… y mucho amor. Cuando fui mamá con 26 años me hice una promesa: no dejaría de hacer las cosas que me hacen feliz por tener hijas, y lo sigo cumpliendo a rajatabla. Ser mamá era mi sueño, ser mamá joven también, y seguir dedicándome a un trabajo tan vocacional (llevo en esto desde los seis años) es un regalo.             

Me considero una mamá muy presente: estoy todo lo que puedo, de la mejor manera que puedo. Y además tengo la suerte enorme de tener a Álex, que es el mejor compañero que podía imaginar. Cuando uno trabaja, el otro sostiene, y verlo ejercer de papá es absolutamente emocionante. Me voy a trabajar súper tranquila porque sé que están en las mejores manos. Al final, lo llevo desde el equilibrio, el humor y recordándome que no hace falta renunciar a quién eres para ser la mamá que siempre soñaste ser.

Llevas 17 años con tu pareja y se os ve de lo más felices. ¿Cuáles crees que son las claves para que una relación dure tanto tiempo?

Yo siempre digo que una relación larga es un proyecto vivo. Para mí las claves han sido crecer juntos, respetar los procesos del otro y comunicarnos muchísimo. También el humor, que en casa nunca falta, y la admiración: cuando sigues admirando a tu pareja después de tantos años, todo fluye de otra manera. Y luego está el espacio. Nosotros somos muy equipo, pero también muy libres. Álex y yo hemos evolucionado mucho en 17 años y siempre hemos dejado que el otro se expanda, que siga sus pasiones, que se equivoque y que cambie sin miedo. Creo que ahí está la magia: en acompañarte, no en intentar que el otro sea siempre el mismo.

¿Cómo es un día en tu vida?   

Mis días nunca son iguales, porque llevo una vida muy nómada. Depende de si estoy en casa, si estoy viviendo en Madrid por trabajo, o si Álex y yo estamos metidos de lleno creando nuestros retiros Yogimi. Cada etapa tiene su propio ritmo y en casa todos nos vamos adaptando.

Aun así, hay una estructura muy nuestra: empiezo temprano, despertando a las niñas, peinándolas, organizando mochilas… y mientras, Álex prepara algo para desayunar. Ese ratito para nosotros es sagradísimo. Aunque sea rápido, es nuestro momento en familia antes de que empiece el caos del día. Después el día se despliega según toque: estudiar guiones, editar contenido, hacer tareas de casa, preparar comidas, reuniones, trabajo de ordenador, planificación de proyectos… Y, por supuesto, la parte más importante: ellas. Llevarlas a baile, recogerlas del cole, ese pequeño momento en el coche en el que contamos cómo ha ido el día. Son espacios que no siempre están marcados por horarios, pero que cuidamos muchísimo.

En mi vida la conciliación está siempre viva: se mueve, se reajusta y cambia según la etapa. No hay dos días iguales, pero sí esa intención constante de mantener presentes mis tres pilares (mi familia, mi trabajo y yo misma) y encontrar, aunque sea entre carreras, esos pequeños momentos que lo equilibran todo.

Vemos en tu Instagram que el deporte es una constante en tu vida. ¿Qué tipo de rutinas fitness llevas?    

Para mí el deporte es vida, literal. Es lo que me ordena la mente, me equilibra y me hace sentir bien. Y como mi ritmo cambia tanto, también cambian mis rutinas. Me gusta variar: combino entrenamientos de fuerza, entrenamiento funcional, algo de HIIT cuando voy con energía… y por supuesto mucho yoga, que es mi parte más consciente y mi refugio.

Y cuando no tengo tiempo, tiro de recursos muy de mamá nómada: cuelgo el TRX en una puerta y me hago un entreno rápido, o me pongo las zapatillas y salgo a correr por El Retiro si estoy en Madrid. No busco la perfección, busco moverme. Si me muevo, todo lo demás fluye mucho mejor. 

Además de una dieta sana, también hemos visto que recurres a la suplementación. ¿Cuáles son los que más tomas y qué te aportan?

Soy bastante práctica con la suplementación: tomo pocas cosas, pero muy concretas y porque realmente noto que me funcionan. Por las mañanas suelo tomar viales de vitamina C y ampollas con jalea real, propolio y vitamina B que me ayudan muchísimo a mantener las defensas fuertes, sobre todo en épocas con rodajes, viajes o mucho estrés. Es como darle al cuerpo un pequeño empujón para que aguante el ritmo sin resentirse. Y luego tomo colágeno marino y magnesio que ayudan a cuidar articulaciones, huesos y movilidad.

Con el tipo de entrenamiento que hago y lo activa que soy, noto muchísimo la diferencia. No soy de tomar mil cosas, pero sí de escuchar mi cuerpo. Y estos son los complementos que realmente me ayudan a mantenerme fuerte, equilibrada y con buena energía.

¿Cuál es ese plato fácil, saludable y repleto de nutrientes que te ‘salva’ cuando no tienes mucho tiempo para cocinar?

Tengo dos que nunca fallan. El primero es un wok rápido de verduras con huevo. Abro la nevera, cojo lo que haya (espinacas, calabacín, champiñones, zanahoria…), lo salteo un momento y le añado un huevo. Es rápido, nutritivo y perfecto para salir del paso con algo sano. Y luego está mi salvavidas absoluto para la cena, que es muy yo: una tortilla francesa con aguacate y tomate. Simple, deliciosa y lista en cinco minutos. Y si un día no doy para más… me compro un poke take away de salmón y aguacate y me olvido. Es mi favorito.          

¿Cuáles son los alimentos que no incluyes en tu alimentación?        

No soy nada extrema con la comida, pero sí muy consciente. Intento evitar ultraprocesados, alimentos con azúcares añadidos y cosas que sé que a mi cuerpo no le sientan bien cuando estoy con mucho ritmo. Prefiero siempre lo más natural posible, lo real: verduras, frutas, proteínas de calidad, buenos aceites… Me gusta comer rico, pero también sentirme bien después. Así que, más que prohibir, lo que hago es elegir mejor.

Cuando quieres darte un ‘caprichito’ gastro, ¿a qué recurres?

Tengo dos tipos de caprichos. El primero, que más que un capricho es un ritual nocturno, es mi onza de chocolate negro antes de dormir. Me encanta, es mi momento del día. Y luego está mi 'capricho gastro 2.0', que disfruto muchísimo: un buen vino con una súper tabla de quesos acompañada de uvas y frutos secos. Para mí es planazo total, sencillo y delicioso.

El yoga y la meditación también te resultan importantes… ¿Podrías decir que te han cambiado la vida desde que lo practicas? ¿Con cuál te quedas?

El yoga me cambió la vida por completo. Empecé en 2012 por un problema de espalda, sin expectativas, y lo que encontré fue un espacio sin juicio donde simplemente podía estar. Ese fue el gran punto de inflexión. Con los años pasé de practicante a profesora, y ahí llegó el verdadero salto: entender que lo que aprendía en la esterilla también podía compartirlo y acompañar a otros. De eso nació Yogimi, mi comunidad, y es una de las partes más bonitas de mi vida. El yoga me sostiene y la meditación me centra. No puedo elegir: juntas son mi equilibrio.

¿Algún consejo para la gente que quiere iniciarse?

Les diría que empiecen sin presión y sin expectativas. No hay que ser flexible ni saber nada: solo estar dispuesto a escucharse un poquito. Mi mantra para empezar siempre es: “con intención, sin expectativas”. El yoga no es llegar a una postura, es llegar a ti. Y que lo hagan suave y con adaptaciones, con clases que les hagan sentir bien y un profesor que acompañe desde un lugar real. A veces 10 minutos al día cambian más que una hora a la semana.     

Los ‘7 secretos’ de Patricia Montero

1. El destino donde te pierdes cuando no quieres que te encuentren.             

Mallorca. El campo, el mar… es mi refugio absoluto. 

2. Si no fueras actriz y creadora de contenido te dedicarías a…          

Algo relacionado con el bienestar: acompañar, enseñar, crear experiencias… muy Yogimi.    

3. Tu último capricho. 

Un buen vino y una tabla de quesos con uvas y frutos secos. Felicidad sencilla.           

4. El mejor consejo que te han dado últimamente.    

“Lo que no te suma, resta. Suéltalo”. Muy simple, pero muy cierto.  

5. La última vez que has pensado ‘soy feliz’.   

Hace nada, en casa, cocinando con Álex y las niñas. Nuestro caos bonito.

6. Cómo te ves en 10 años.     

En calma, con mis hijas ya un poco más grandes, creando proyectos con alma y viviendo cerca del mar.

7. Tu propósito por cumplir en lo que queda de 2025.             

Bajar un punto el ritmo, escuchar más mi cuerpo y disfrutar del presente sin tanta prisa.