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Sandra Moñino, nutricionista especializada en inflamación: "Es el origen de muchas enfermedades"

Sandra Moñino, autora de 'Adiós a la inflamación'Sandra Moñino
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¿Sabías que la inflamación crónica puede ser la raíz de muchas enfermedades modernas? La nutricionista Sandra Moñino, autora de 'Adiós a la inflamación', se ha convertido en una de las principales voces en la lucha contra este problema silencioso que afecta a millones de personas. En esta entrevista, esta experta en nutrición con más de 900 seguidores en Instagram, nos comparte su experiencia personal y profesional sobre cómo la alimentación antiinflamatoria ha transformado su vida y la de sus pacientes, mejorando su calidad de vida de manera notable.

Además, la autora también revela cómo los hábitos alimenticios no solo pueden prevenir la inflamación, sino también ayudar a quienes enfrentan problemas de salud más complejos. Su enfoque claro y accesible promete cambiar la percepción que tenemos sobre lo que es realmente saludable.

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Pregunta: ¿Qué te motivó a escribir sobre la inflamación crónica y su impacto en la salud?

Respuesta: Me motivó a escribir sobre la inflamación porque yo la sufrí, y mi marido desarrolló una enfermedad autoinmune en ese mismo tiempo. Comencé a investigar y descubrí que la inflamación crónica es muy común y que muchas enfermedades, incluido el sobrepeso, se originan a partir de ella. En mi consulta, observo cambios positivos en varios pacientes a diario, lo que refuerza aún más la importancia de abordar la inflamación crónica. Pensé que era un tema novedoso del que se hablaba poco, y que escribir sobre ello podría ayudar a muchas personas a comprender mejor su salud y prevenir enfermedades relacionadas.

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¿Hay muchos estudios sobre inflamación crónica o es un tema reciente?

Existen muchos estudios sobre inflamación crónica; no es un campo reciente, aunque se habla más de ello ahora. Sin embargo, pocas personas divulgan que la inflamación es el origen de muchas enfermedades. Mi interés en este tema comenzó hace siete años con mi trabajo de final de carrera sobre enfermedades inflamatorias y microbiota. No me resultó difícil escribir el libro, ya que llevo cuatro años investigando y divulgando sobre inflamación con pacientes y en redes. Lo más desafiante fue organizar la información y simplificar el lenguaje para que todos puedan entenderlo, algo que distingue este libro de otros sobre el tema.

¿Qué fue lo más sorprendente que descubriste sobre la inflamación crónica al investigar?

Lo más sorprendente que descubrí sobre la inflamación crónica, tras años de investigación, es que muchas enfermedades pueden ver reducidos sus síntomas e incluso la necesidad de medicación al controlar la inflamación, aunque la enfermedad en sí no desaparezca. Es posible revertir síntomas, mejorar los resultados de las analíticas y elevar la calidad de vida simplemente cambiando hábitos y mejorando la alimentación. Esto es algo que quiero seguir divulgando, ya que muestra el poder de nuestras elecciones diarias en nuestra salud.

¿Qué pasos sencillos pueden seguir las personas para reducir la inflamación en su vida diaria?

Los pasos para iniciarse en la alimentación antiinflamatoria y mejorar la salud son los siguientes: reducir el consumo de azúcar, edulcorantes, harinas refinadas, grasas hidrogenadas, así como alcohol y tabaco en nuestro día a día; si es posible, eliminarlos por completo sería aún mejor. Además, asegurarnos de que nuestra alimentación incluya todos los nutrientes necesarios. Las vitaminas, como la vitamina D, son muy importantes y actúan como impulsores de nuestro sistema inmunitario, con valores ideales entre 50 y 70 en la analítica. También es fundamental incluir minerales, asegurándonos de estar bien nutridos con los alimentos que consumimos, ya que ni comer poco ni comer en exceso es beneficioso; lo ideal es mantener un equilibrio. Por otra parte, mantenerse activo es esencial, ya que el sedentarismo no es ni bueno ni beneficioso. La actividad física y el movimiento deben ser parte de nuestra rutina diaria: caminar, subir escaleras en lugar de usar el ascensor y realizar otras acciones simples son cambios que podemos implementar, especialmente si pasamos mucho tiempo sentados. Por último, el descanso es fundamental: no debemos dejar el sueño para el último momento, ya que es necesario dormir de 7 a 8 horas cada día para descansar adecuadamente.

¿Cómo impactan el estrés y la microbiota intestinal en la inflamación crónica?

La inflamación crónica y el desequilibrio de la microbiota están estrechamente relacionados, al igual que el estrés crónico, que genera inflamación y viceversa. Al cambiar nuestros hábitos y mejorar la alimentación, podemos reducir la inflamación, lo que a su vez disminuye el estrés y mejora la salud de la microbiota intestinal. Por esta conexión, ofrezco los mismos consejos a quienes tienen disbiosis intestinal o inflamación crónica. Es fundamental seguir una alimentación antiinflamatoria, incluyendo alimentos específicos como probióticos, que aportan bacterias beneficiosas, y prebióticos, que alimentan a estas bacterias. Una dieta variada favorece una mayor diversidad bacteriana y un mejor equilibrio en la microbiota.

En tu libro mencionas alimentos proinflamatorios. ¿Cuál crees que es el más difícil de eliminar y por qué?

Los más difíciles de eliminar para las personas son el azúcar y las harinas refinadas porque estos productos generan adicción y ansiedad. Hay gente que dice que el chocolate es muy adictivo, pero realmente no es el propio chocolate sino es el azúcar que lleva esa tableta de chocolate. Lo que tenemos que hacer es intentar reducir poco a poco estos productos e ir acostumbrando a nuestro paladar a los sabores más naturales de los alimentos. Poco a poco, al final nos acostumbraremos a comer sin necesidad de añadir azúcar o harinas refinadas.

¿Cómo diferenciarías una alimentación saludable de una antiinflamatoria y qué pequeños cambios pueden marcar la diferencia?

Una alimentación saludable incluye una variedad de alimentos nutritivos, mientras que una alimentación antiinflamatoria se centra en cómo se combinan esos alimentos. En mi filosofía, una alimentación antiinflamatoria es una forma de alimentación saludable, pero con pautas específicas para evitar picos de glucosa y permitir descansos metabólicos que favorezcan funciones como la desintoxicación y desinflamación. Además, es crucial asegurarse de que no falten nutrientes. Por ejemplo, la pasta integral, aunque saludable, puede ser proinflamatoria si no se acompaña de proteínas de buena calidad y vegetales. Por tanto, hay que saber cómo combinar los alimentos saludables que preparamos para que sean antiinflamatorios.

¿Qué relación existe entre el hambre emocional y la inflamación crónica?

El hambre emocional y la inflamación crónica están estrechamente relacionados debido a la conexión entre el intestino y el cerebro. La inflamación crónica puede aumentar el hambre emocional, afectando el estado de ánimo y la energía. A su vez, el hambre emocional nos lleva a consumir alimentos que generan más inflamación. Es importante gestionar el hambre emocional eligiendo alimentos antiinflamatorios. Si sientes ansiedad por la comida, optar por dulces saludables o aperitivos salados puede ser útil. Es fundamental evitar dietas restrictivas, ya que pueden empeorar tanto el hambre emocional como la inflamación.

En tu opinión, ¿por qué el sistema sanitario no aborda adecuadamente la relación entre inflamación y enfermedades crónicas?

El sistema sanitario, en la mayoría de los casos, no aborda adecuadamente la relación entre inflamación y enfermedades crónicas. Esto se debe, en gran parte, a la falta de tiempo en las consultas, donde los médicos suelen tener solo 15 minutos entre consulta y consulta. Además, la formación médica se centra más en curar y prolongar la vida que en la prevención. Aquí es donde el papel del nutricionista es crucial, ya que se necesita al menos media hora por paciente, y a menudo más, para ofrecer un tratamiento efectivo. Este enfoque podría ahorrar muchas pruebas diagnósticas, medicamentos, hospitalizaciones y visitas a urgencias, todo gracias a una buena prevención y a consejos adecuados para el diagnóstico de enfermedades.

Si pudieras implementar una política pública para reducir la inflamación crónica en la población, ¿cuál sería?

No utilizar azúcar en los productos procesados y en general. Y que los niños lo tuvieran prohibido, mínimo hasta los 18 años, como sucede con el alcohol. Porque el azúcar es un producto que genera mucha inflamación y hace mucho daño.

'Adiós a la inflamación', publicado por HarperCollins Iberica, es una guía indispensable que ofrece herramientas prácticas para identificar y combatir la inflamación a través de la alimentación. Con su estilo directo y útil, este libro es una lectura esencial para cualquier persona interesada en mejorar su salud y bienestar.