El chef José Andrés comparte su experiencia tras hacer dos ayunos de 21 días: "Sólo comía 300 calorías"
“Comía 300 calorías al día, con algunas sopas ligeras o verduras”, ha explicado en el podcast Tom Talks, donde ha dejado claro que era una restricción controlada
El truco del chef José Andrés para que las fresas tengan más sabor: usa solo un ingrediente
El chef José Andrés es una de las figuras más reputadas en el panorama internacional de la gastronomía. El asturiano lleva décadas afincado en Estados Unidos, donde ha llevado a cabo una gran carrera y sus restaurantes gozan de un apabullante éxito. Pero el cocinero no se conforma con eso, sino que también se encarga de realizar una labor divulgativa de la gastronomía, sobre todo mediterránea -como esta ensalada griega- y para ello utiliza sus redes sociales y su 'newsletter'. Además de esto también es invitado a diversos espacios, como por ejemplo el pódcast 'Tom Talks', donde ha revelado una de las facetas más personales, en relación con la comida y la alimentación.
Ante el humorista Tom Segura, su interlocutor en este espacio, el española sorprendía revelando que ha realizado dos dietas de ayuno de 21 días en los últimos seis meses. En estos periodos ingería muy pocas calorías. “Comía 300 calorías al día, con algunas sopas ligeras o verduras”, apuntó el cocinero, que también quiso dejar claro que fueron proceso restrictivos muy controlados y conscientes. El escaso valor calórico apuntado por el cocinero puede asustar, pero asegura que los resultados fueron visibles: “Te sientes increíble, te sientes lleno de energía”. Por otro lado también puntualizó: “Realmente el día que rompes el ayuno, no tienes ganas de comer. No sientes ningún tipo de dolor en ninguna parte de tu cuerpo”. También cuenta que llegó a sentir que sus músculos tenían más fuerza que nunca. El objetivo de este proceso no ha sido solo marcarse una meta a nivel físico sino que también se ha implicado emocionalmente, ya que para él comer de forma saludable se ha convertido en una prioridad con el paso de los años.
El chef insiste en que este tipo de dietas deben ser un proceso controlado por profesionales, ya que se somete al organismo a un cambio bastante brusco. “No es lo mismo contarlo que vivirlo”, afirma el asturiano. Y es que cada cuerpo funciona de forma diferente, por eso deben ser los profesionales de la salud y la nutrición los que estipulen cómo acometer este tipo de dietas. A pesar de haber llevado estas dietas con un control estricto, el cocinero ha defendido en varias ocasiones el vínculo emocional que se establece a través de la comida. “Las croquetas son la forma en la que mi madre nos demostraba que nos quería”, ha llegado a afirmar con evidente nostalgia.
El chef ha encontrado en el ayuno el camino en el que la faceta saludable y la emocional de la gastronomía se conectan. En este estilo de vida el cuidado del cuerpo convive con el placer que para mucho es el ritual de sentarse a la mesa. De esta forma, su experiencia con el ayuno prolongado pretende ser una reflexión sobre cómo la disciplina y la exploración de uno mismo puede llevarnos al camino más saludable. Desde la Clinica Alemana advierten del peligro de los ayunos prolongados en los que se reducen las calorías a cero: “Sólo consumir agua por más allá de una semana, dos semanas o un mes pasa a ser similar a una huelga de hambre”.
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