Comer sano en el trabajo no tiene por qué ser aburrido

Según una nutricionista, estas son las reglas de oro para el tupper perfecto en la vuelta al trabajo

La primera regla consiste en ver el tupper como un instrumento donde dar rienda suelta a la imaginación
La primera regla consiste en ver el tupper como un instrumento donde dar rienda suelta a la imaginaciónPexels
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MadridSeptiembre marca el regreso a la oficina para muchos después de las vacaciones, y con ello vuelve también un clásico, nada más y nada menos que el famoso tupper. Prepararlo en casa se ha convertido en la opción preferida de quienes buscan ahorrar, cuidar su salud y tener el control de lo que comen durante la jornada laboral. Sin embargo, no siempre resulta sencillo acertar con combinaciones equilibradas que sean además apetecibles, fáciles de transportar y que no pierdan sabor tras varias horas en la nevera.

Lo cierto es que seguir una dieta equilibrada no significa caer en la monotonía, pues hoy en día, las redes sociales -especialmente Instagram- se han convertido en un escaparate infinito de ideas. Desde ensaladas coloridas y bowls con cereales integrales hasta recetas rápidas de legumbres, wraps o salteados que entran por los ojos y demuestran que comer sano también puede ser variado y divertido.

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El tupper en la oficina, un clásico

Para conocer de primera mano la opinión de un experto hablamos con la nutricionista Elena Gurucharri. Ella lo tiene claro, la clave está en planificar, variar y entender que el tupper no debe ser un plan de emergencia, sino una herramienta más para cuidar nuestra alimentación diaria.

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El equilibrio en el plato, fundamental

Para Gurucharri, la primera norma es replicar en el tupper lo que sería un plato saludable en casa. “La mitad del recipiente debería estar compuesta por verduras y hortalizas, un cuarto por proteínas de calidad y el otro cuarto por hidratos de carbono complejos”, explica. Esto no solo garantiza una comida equilibrada, sino que ayuda a mantener la energía estable durante la tarde. Un ejemplo sencillo sería un salteado de verduras con pollo a la plancha acompañado de quinoa, o una ensalada de garbanzos con tomate, pepino, huevo duro y un poco de arroz integral.

El equilibrio en el plato es fundamental

Es más, uno de los errores más frecuentes al preparar la fiambrera es repetir siempre los mismos platos. Según Gurucharri, “cuando nos limitamos a la típica ensalada de pasta o al arroz con pollo, no solo nos cansamos rápido, también reducimos la diversidad de nutrientes que recibe nuestro cuerpo”. Para evitarlo, recomienda pensar en el menú semanal como un mosaico de sabores y colores. Desde un tabulé de cuscús con verduras asadas y atún, hasta un salmón al horno con batata y brócoli. “El color en el tupper es un buen indicador de variedad y, por tanto, de nutrición”, añade la especialista.

Organización que marca la diferencia

La falta de tiempo suele ser la excusa más habitual para acabar tirando de opciones rápidas o menos saludables en la oficina. Sin embargo, Gurucharri insiste en que la planificación es la mejor inversión. “Dedicar un par de horas el fin de semana a preparar bases como arroz integral, verduras al vapor o pollo a la plancha te da un repertorio de ingredientes listos para combinar en distintas versiones durante la semana”, aconseja. Además, recomienda llevar los aliños aparte para evitar que las ensaladas se reblandezcan y preparar snacks saludables como fruta, frutos secos o un yogur natural para evitar las visitas a la máquina expendedora.

Da rienda suelta a tu imaginación

En otras palabras, preparar un buen tupper no es cuestión de complicarse, sino de organizarse con antelación y jugar con las combinaciones. “El tupper no debería vivirse como un plan B, sino como una forma práctica y consciente de cuidar tu alimentación día tras día”, concluye.