Estefanía Blanco, farmacéutica y nutricionista, sobre el consumo de complementos nutricionales: "No es inocuo"

Tomar complementos por moda o recomendación en redes no es inocuo, lo adecuado es cubrir carencias reales y hacerlo con criterio profesional
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En los últimos años, los suplementos alimenticios se han convertido en los grandes protagonistas de cualquier conversación sobre salud y belleza. Influencers, deportistas y voces vinculadas al mundo de la salud, han llenado las redes sociales de consejos sobre cápsulas, sobres y polvos que prometen aumentar la energía, una piel luminosa, más músculo o mejor descanso, pero es muy posible que un número muy elevado de personas no tenga demasiada idea de qué es exactamente lo que está tomando.
El Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas ha hecho una llamada de atención sobre el aumento del consumo de suplementos nutricionales y complementos alimenticios sin supervisión por profesionales sanitarios. Su demanda ha aumentado significativamente, especialmente entre los más jóvenes, las mujeres y las personas mayores, advirtiendo que “cada vez son más los jóvenes que recurren a estos productos, y lo hacen de una forma compulsiva y descontrolada, sin disponer de toda la información para una elección responsable”, de hecho, en España, el consumo de suplementos y productos a base de plantas alcanza al 70% de la población.
El presidente del Consejo General Colegios Dietistas Nutricionistas de España, Manuel Moñino, aclara que “una persona sana, sin problemas de salud ni situaciones clínicas que le provoquen un déficit nutricional justificado, tiene cubiertas todas sus necesidades nutricionales a través de la alimentación, sin necesidad de recurrir a suplementos”.
Estefanía Blanco, farmacéutica y nutricionista, nos ayuda a arrojar luz sobre este mundo de la suplementación que se ha puesto de moda y cada día se nos va más de las manos: “Estamos viviendo una auténtica explosión de la suplementación, especialmente en redes sociales, donde muchas veces se presentan productos como soluciones universales o ‘píldoras mágicas’ sin valorar las necesidades reales de cada persona”, advierte la farmacéutica. La complementación puede ser muy beneficiosa cuando se personaliza, pero automedicarse con complementos por moda o recomendación en redes no es inocuo. El peligro está en creer que “más es mejor”, cuando en realidad lo adecuado es cubrir carencias reales y hacerlo con criterio profesional.
Estefanía, aclara que no deberíamos hablar de suplementos, que es una terminología que hemos heredado de los “supplements”, sino de complementos alimenticios: “deben considerarse herramientas de apoyo cuando hay un déficit demostrado o una necesidad aumentada” y hay que tener muy presente que no reemplazan una dieta equilibrada, ni un estilo de vida saludable.
No obstante, hay ciertos complementos alimenticios que, bajo supervisión, pueden considerarse de uso general y seguros, partiendo de un estilo de vida saludable y siempre que se ingieran en las dosis adecuadas. Estos son la Vitamina D, el Omega-3, el magnesio, los probióticos y la creatina. Estos complementos se pueden utilizar de forma puntual o con descansos, dependiendo tanto del suplemento, como de la situación personal. Por ejemplo, magnesio y omega-3 pueden tomarse de forma cíclica o continua, pero conviene reevaluar cada 3-4 meses si siguen siendo necesarios.
Vitamina D
La vitamina D cumple una función imprescindible en el metabolismo óseo y en la regulación del calcio, pero desde el Ministerio de Sanidad recuerdan que su uso debe ajustarse a criterios clínicos bien fundamentados, ya que la suplementación innecesaria puede conllevar efectos adversos, especialmente cuando se exceden las dosis recomendadas.
Estefanía apunta que en la mayoría de la población la vitamina D es deficitaria, sobre todo si hay poca exposición solar o se utiliza fotoprotección a diario. “En estos casos, puede valorarse su suplementación, aunque lo ideal es hacerlo tras una analítica”.
Creatina
La creatina es uno de los suplementos más estudiados y eficaces para aumentar la fuerza y la resistencia muscular. Según la farmacéutica “es muy segura e interesante, también para mujeres durante la etapa de la menopausia”. Ayuda a la mejora del rendimiento deportivo y a la recuperación. Se está presentado de forma muy común combinada con el magnesio y aquí lo importante es revisar el tipo de creatina, siendo la Creapure la más popular.
Según el Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas, partiendo de que es crucial consultar a un dietista-nutricionista cualificado para determinar si la suplementación es adecuada para cada caso individual, se trata de un suplemento muy estudiado y seguro para la mayoría de la población, pero destaca la importancia del consumo en la dosis adecuada combinado con fases de descanso.
Omega-3 (EPA y DHA)
En palabras de Alma Palau, gerente del Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas, el “un exceso de Omega 3es difícil que sea perjudicial”. Estefanía Blanco apunta que “el Omega-3 ayuda a modular la inflamación y cuidar la salud cardiovascular y se recomienda especialmente en personas que no consumen pescado azul con regularidad” o en dietas veganas.
Alma Palau apuesta por la suplementación si un profesional concluye que su ingesta es insuficiente, pero remarca que “lo que se debe promover es que lo importante es hacer cambios en la dieta, aumentar el consumo de fuentes naturales de omega 3 como el pescado” y recurrir a la suplementación cuando esto no sea posible.
Magnesio
Otro de los suplementos que se ha puesto de moda es el magnesio, que Estefanía encuentra útil en personas con estrés, deportistas, cuando hay calambres musculare o incluso para aquellos que no descansen bien, aunque se debe tomar bajo prescripción facultativa.
Luis Frechoso, dietista-nutricionista deportivo y vicesecretario del Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas advierte que una alimentación sana es suficiente para cubrir los requerimientos diarios de magnesio y aclara que solo bajo prescripción de un profesional sanitario autorizado deben suplementarse con magnesio “aquellos casos donde no se puedan cubrir las necesidades mediante alimentación o situaciones que demanden una mayor necesidad, como cuando se están administrando determinados fármacos”.
Las consecuencias que provoca la ingesta excesiva de este mineral pueden ser diarrea, náuseas, vómitos e incluso, según informa la Oficina de Suplementos Dietéticos de los Institutos Nacional de Salud de Estados Unidos, “el consumo extremadamente alto de magnesio puede provocar un ritmo cardíaco irregular y paro cardíaco”.
Probióticos
Los probióticos son microorganismos vivos que ofrecen beneficios para la salud si se consumen en cantidades adecuadas. Se encuentran en alimentos fermentados como yogur, kéfir, chucrut y kimchi, o en suplementos dietéticos. Estefanía Blanco aclara que “deben tomarse en momentos concretos, como tras un tiempo tomando antibióticos, cuando se hacen digestiones difíciles o personas con síndrome del intestino irritable, pero no de forma crónica ni sin criterio. Además, existe una gran variedad de cepas según la necesidad concreta, no todos valen para todo”.
Ashwagandha y otros adaptógenos
El Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas no ha emitido un comunicado oficial específico sobre la ashwagandha, pero la evidencia científica disponible sugiere que es un suplemento con potenciales beneficios como la reducción del estrés, pero con precauciones importantes, por eso es crucial consultar con un profesional de la salud antes de tomarlo debido a posibles interacciones con el tiroides, efectos secundarios como somnolencia, malestar estomacal, diarrea, vómitos, contraindicaciones durante el embarazo y, en casos extraordinarios, problemas hepáticos.
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