La robótica como actividad extraescolar para los niños: ¿cuáles son sus beneficios?

La oferta de clases extraescolares para nuestros hijos es de lo más variada y, en ocasiones, sorprendente. Junto a las clásicas clases de teatro, música o kárate, a día de hoy es muy habitual encontrar una clase de robótica como actividad extraescolar en los colegios. Puede que te suene algo futurista, pero es una de las opciones más interesantes para que tus hijos aprendan de manera divertida conocimientos que les son útiles, no solo el día de mañana, sino también en el presente. De hecho, son muchos los beneficios que estas clases aportan a los niños

La robótica abarca varias áreas relacionadas con la electrónica y la programación, pero también con el lenguaje y la creatividad, abordando la tecnología desde una perspectiva lúdica que engancha cada vez a más niños. Y no es de extrañar, ya que han nacido en un mundo digitalizado que va a avanzar en esa dirección de manera inevitable. Su futuro (y el nuestro) aún está por escribir, y los conocimientos de robótica formarán parte de él. Si estás pensando en apuntar a tus hijos a clases de robótica (y ellos quieren) no te estarás equivocando, como tampoco lo harías si les apuntaras a teatro o a baloncesto. 

Desarrollan su creatividad

Imaginar una realidad que no existe y hacerla posible con nuevos proyectos, materiales y juegos supone una vía de creatividad constante que hace que su imaginación no encuentre límites y se materialice en el mundo real. 

Un aprendizaje STEAM

STEAM contiene las letras de las cinco materias con las que trabaja la robótica: ciencia, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas. Se trata de un enfoque de aprendizaje multidisciplinar en el que la creatividad y la tecnología se funden, fomentado un tipo de pensamiento integrador y muy positivo para el desarrollo del niño. 

Una mirada al futuro

Del mismo modo que apuntas a tus hijos a clases de inglés para que tengan más oportunidades en el futuro, la robótica será imprescindible en el mundo laboral del día de mañana. Aprenderla de una manera divertida es, sin duda, la mejor forma de hacerlo, en un entorno relajado y sin las presiones que supondría aprenderla de adultos para acceder a un puesto de trabajo. 

Habilidades sociales

Tal y como te contamos, el aprendizaje de esta materia está ligado al juego y a la diversión. Los niños no trabajan de manera individual para crear un robot, sino que lo hacen en equipo, imaginando juntos las posibilidades y superando los retos que se presenten. Y, por supuesto, celebrando juntos los logros conseguidos. 

Desarrollan la inteligencia emocional

Ante las nuevas posibilidades que se abren al niño en las clases de robótica, surgirán en él todo tipo de emociones a las que tendrá que hacer frente. La ilusión ante un nuevo proyecto, la impaciencia por llevarlo a cabo o la frustración porque aparecen obstáculos en el camino formarán parte de un aprendizaje que va más allá del desarrollo intelectual. 

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