Mi hijo no puede vivir sin la tablet: cómo hacer que tenga una relación sana con la tecnología

En la mayoría de hogares hay al menos una tablet para los niños de la casa. La tecnología forma parte de su día a día, al igual que ocurre con los adultos, pero en ambos casos hay que ser conscientes del tiempo que se pasa delante de la pantalla. Es incuestionable que el uso de la tablet genera adicción si no se marcan normas de uso, y los niños necesitan que estemos muy pendientes de ellos para que esto no ocurra. La queja habitual de muchos padres es que sus hijos no pueden vivir sin la tablet, y puesto que ya hemos asumido que eliminar este tipo de dispositivos del hogar es casi imposible, lo mejor que podemos hacer es conseguir que nuestro hijo tenga una relación sana con la tecnología. Te contamos cómo conseguirlo.

Los límites son saludables

Poner límites es una de las misiones más complicadas para los padres, pero es imprescindible que lo hagan. Aunque parezca que los niños los viven como imposiciones negativas, lo cierto es que los agradecen, porque son esenciales para su bienestar y desarrollo. Por eso debes coger fuerzas y aceptar que limitar el tiempo de uso de la tablet es tan importante como que se duchen, coman de manera saludable o duerman un mínimo de horas cada noche. 

Marcar horarios claros

Hay padres que, directamente, prohíben el uso de la tablet los días de diario y reservan su uso para el fin de semana. Si eres de lo que ha conseguido esto, no olvides que de viernes a domingo no puede haber barra libre para entregarse a las pantallas, y que igualmente el uso debe ser limitado. Si tus hijos usan la tablet a diario, lo ideal es que no lo hagan más de una hora al día, que sea siempre después de hacer sus deberes, merendar, etc., y nunca antes de dormir, para que no se alteren los ritmos de sueño. 

Ver la tablet juntos

En principio, los niños utilizan solos la tablet, pero esto no tiene por qué ser así. Sobre todo con los más pequeños, es muy recomendable que parte del tiempo que la están utilizando haya un adulto con ellos. Así no es un tiempo solo de aislamiento, sino de compartir experiencias. Y, algo muy importante, nos permite revisar qué tipo de contenido están viendo, a qué juegan, etc., y poder valorar si es adecuado o no para su edad

Espacios libres de pantallas

Es importante que la tablet no se convierta en la amiga inseparable de tus hijos, y para eso es fundamental establecer espacios y momentos en los que no puede estar presente. El más claro es el espacio de la comida, donde no debería haber ni tablets ni móviles cerca, y mucho menos en la mesa. Sacar los dispositivos de su habitación antes de dormir o que no entren en el cuarto de baño también ayuda a marcar espacios libres de pantallas. 

Dar buen ejemplo

Esto es el abc de la crianza: los niños imitan el comportamiento de sus padres, para bien y para mal. Así que ha llegado el momento de que tú también revises cuánto tiempo pasas frente a cualquier tipo de pantalla, si en algún momento afecta a la comunicación o al tiempo que pasáis juntos, etc.

Temas