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Durante determinadas épocas del año podremos comprobar que nuestro pequeño estornuda más y se siente más incómodo. También podrá ser que el niño reaccione con estos síntomas cuando tome un determinado alimento o medicación. Por eso, los progenitores deberán estar al tanto y poner cierta atención a la reacción de sus pequeños. Así, todo esto podrá deberse por una alergia, que es una reacción del sistema inmunitario de determinadas plantas, animales, alimentos, picaduras de insectos u otras cuestiones.
El sistema inmunitario lo que hará será proteger de las enfermedades luchando contra algunos gérmenes, como las bacterias y los virus. En el caso de que se sea alérgico, se reaccionará de una manera desproporcionada y el cuerpo intentará luchar contra algunos elementos inofensivos como la hierba, el polen o ciertos alimentos. Esto provocará estornudos, picores y otros síntomas que serán propios de las reacciones alérgicas.
Las sustancias que provocan estas reacciones se llaman alérgenos. Así, cuando el sistema inmunitario reacciona a estos alérgenos y se presentan síntomas, esto significará que sé es alérgico a estas sustancias. Además, se podrá ser alérgico a cualquier cosa, aunque los alérgenos más frecuentes serán los ácaros al polvo, una proteína que se encuentra en la caspa, la saliva y la orina y otros residuos de animales, así como moho y alimentos como la leche, el trigo, la soja, el huevo, los frutos secos y el marisco. También se podrá ser alérgico al látex.
Estos alérgenos provocan estornudos, moqueo nasal, picor de ojos y de nariz y dolor de garganta. También, nos podremos encontrar con alérgenos de tipo alimentario, que pueden provocar urticaria, congestión nasal, retortijones abdominales, vómitos o diarreas. Además, aunque con menos frecuencia, pueden provocar problemas respiratorios.
Habrá algunos alérgenos, de tipo alimentario, que pueden generar problemas a lo largo de todo el año. Pero hay otros que solamente crean problemas durante determinadas estaciones. Además, la alergia se podrá producir en cualquier momento de la vida. Es decir, podrá tener una tendencia genética, lo que significa que será más proclive a desarrollarlas que otras personas.
Muchas alergias serán hereditarias, lo que significará que se trasmitirá por los genes de los padres. Por tanto, si tus padres o tus familiares son alérgicos, lo más probable es que tú también lo seas. Además, hay muchos bebés que podrán desarrollar alergias durante las etapas de la lactancia, la infancia, la adolescencia o la edad adulta.
Sí que es cierto que hay muchas personas que acabarán superando su alergia alimentaria con la edad. Aunque habrá algunas que se mantendrán durante toda la vida. En ocasiones sí que es complicado diferenciar entre un resfriado y una alergia, ya que sus síntomas tienden a parecerse mucho. Aún así, sí que habrá distinciones. Por ejemplo, en las alergias se experimentarán picor en los ojos y en la nariz, mientras que en los resfriados no sucederá esto.
Para saber si eres alérgico será muy importante que estés pendiente de los síntomas. En el caso de que tu hijo estornude mucho o le piquen los ojos o la nariz será posible que tu médico quiera comprobar si el pequeño es alérgico. Así, el médico podrá remitirlo a un alergólogo, es decir, el médico especializado en ayudar a aquellas personas que sufren de alergia. Será posible que el especialista realice una prueba de alergia, donde notarás unos pinchazos superficiales en la piel.
Una vez que se obtengan los resultados, el especialista te indicará las formas de mantener alejado al pequeño del alérgeno y, también, será posible que le recete medicación. Los medicamentos contra la alergia se podrán administrar en forma de comprimidos, de jarabes o, incluso, de nebulizadores nasales. Eso sí, si a pesar de mantenerte alejado de los alérgenos y de tomar una medicación, los síntomas no mejoran, es posible que el alergólogo te recomiende una serie de inyecciones contra la alergia. Es importante resaltar que estas no harán casi efecto para tratar las alergias alimentarias.
Con todo, lo más importante será que los menores no estén expuestos a aquello a lo que tienen alergia. Por ejemplo, en el caso de que tengas alergia a una mascota, probablemente habrá que buscarle un nuevo hogar. Si se tienen alergias a los ácaros, los adultos podrán utilizar unas fundas especiales para tu cama.