El bebé de Carla Barber tiene un tubérculo de Darwin: "Lo tiene en la misma oreja que yo"

Desde que se estrenó en la maternidad hace poco más de una semana, el Instagram de Carla Barber se ha convertido en un diario en el que contar cómo está viviendo la intensa experiencia de haber traído un bebé al mundo. Bastian, el nombre que tanto ella como Joseph, su pareja, eligieron para la criatura, ya es protagonista del feed de la experta en cirugía estética, que después de un parto complicado ya está disfrutando de su bebé en casa.

Sus redes sociales, donde la siguen casi un millón de personas, son una guía en la que plasmar tanto lo bueno como lo malo de esta aventura que no empezó con buen pie. Su hijo, que pesó 2,85 kg al nacer, llegó con varias vueltas del cordón umbilical alrededor del cuello, lo que les obligó a provocar una cesárea. Sin embargo, tras este susto, verle la carita "nada más salir fue una sensación indescriptible" que jamás olvidará.

Esto le demostró que el pequeño Bastian es un "guerrero", algo que también ha podido comprobar con otra pequeña complicación de la que ha hablado abiertamente vía stories. Al presentarlo en público, concretamente en este post donde nos contó cómo se enteró de que estaba embarazada, los fans de Carla Barber se percataron de que el recién nacido tenía una anomalía estética en una de sus orejas.

¿Qué es el tubérculo de Darwin que tiene el hijo de Carla Barber?

Su madre, tranquilizadora al apuntar que no se trata de una "afección grave", no solo ha explicado lo que es, también ha confesado que ella también lo tiene. "Respecto al bultito que tiene en la oreja, se llama tubérculo de Darwin y no es un quiste ni nada que se tenga que quitar".

Este engrosamiento cartilaginoso del borde de la oreja es "hereditario" y afecta a "mucha gente", concretamente al 18% de la población. Como anécdota, la expareja de Diego Matamoros ha comentado que su bebé lo tiene en la misma oreja que ella.

Más preocupante sería que el hijo de Barber heredase un problema de salud real de Carla, concretamente el síndrome de Brugada. De hecho, fue durante unas pruebas que se realizó para controlar esta canalopatía que produce arritmias (y que en bebés podría llegar a terminar en muerte súbita) cuando se enteró de que esperaba un bebé hace ya nueve meses.