Desde que dio a luz a su segundo hijo, Paula Echevarría solo tiene ojos para Miguel Torres Jr. La actriz está exprimiendo al máximo de sus primeros meses de vida y ha reconocido en numerosas ocasiones que está inmensamente feliz con su llegada. Una auténtica revolución emocional para la familia de la que estamos siendo partícipes gracias a sus redes sociales, donde cuelga casi a diario contenido relacionado con esta segunda maternidad. Si durante el embarazo seguía una rutina de ejercicios adaptados para cuidar su figura, once días después de tener al niño retomaba el gimnasio e iniciaba una estricta dieta con el fin de recuperar lo antes posible su anterior cuerpo.
Consciente de que esto se prolongará en el tiempo, la intérprete no ha tenido reparo en ir mostrando la evolución de su figura. De hecho, este mismo viernes, ocho meses después de este hito, la asturiana ha mostrado el estado de su tripa mediante una divertida grabación que ha compartido en redes sociales. “¿Qué hacemos con esto? ¿Un bolso?”, se ha preguntado mientras agarraba su barriga con la mano demostrando que aún no ha sido capaz de eliminar toda la flacidez abdominal. Además, en tono de broma, ha añadido un gif de Michelín como ‘ejemplo’ de esta situación.
Esta no es la primera vez que Echevarría bromea con esta parte de su cuerpo. “Si el bebé ya está fuera, ¿Qué hay ahí dentro aún? ¿Será la felicidad que ocupa lugar?”, se preguntaba irónicamente cuatro días después de poner cara al bebé. Por este motivo quiso volver “a la carga” en cuanto tuvo luz verde y se puso en manos de su entrenador personal. Es habitual verla a través de su Instagram en el gimnasio que tiene en su amplia casa. Desde esta zona enseña los ejercicios de fuerza que realiza para fortalecer sus músculos. La actriz, sin embargo, aún no ha podido deshacerse de la grasita localizada en la tripa, tal y como lamenta.
Paula comentaba en su reaparición pública que no habría sido capaz de posar justo después del parto, momento en el que pesaba 25 kilos más que cuando se quedó embarazada y que consiguió perder gracias a un proceso de recuperación del que nos ha hecho partícipes. Sus cuatro claves para este evidente y espectacular cambio físico ha sido la “alimentación” -a nuestro compañero Torito le confesaba que llevaba cuatro meses sin probar ni un solo hidrato de carbono-, “ejercicio, algunos tratamientos y tranquilidad dentro de lo que es tener un bebé recién nacido”.