Síndrome de Asperger, ¿qué es y cómo puedo identificar si mi hijo lo sufre?

  • Conocer los rasgos que caracterizan a las personas con síndrome de Asperger es imprescindible para identificarlos en tu hijo si los tuviera.

  • Te ayudamos a salir de dudas y te contamos cuáles son esos rasgos.

El síndrome de Asperger es uno de los trastornos más comunes dentro del espectro autista, y podemos detectarlo desde muy temprano si conocemos las claves que permiten identificarlo. Las personas con este síndrome presentan dificultades para interactuar socialmente y se muestran muy reacias a los cambios de cualquier tipo. En cambio, son extremadamente buenas en las habilidades de memoria, las matemáticas y las ciencias en general.

La joven activista contra el cambio climático Greta Thunberg puso el síndrome de Asperger en boca de todos cuando declaró tenerlo hace poco más de un año. Greta hizo público su diagnóstico para ayudar a concienciar de la existencia del síndrome, y para aclarar que no es una enfermedad y que no hay por qué mirarlo bajo un prisma de negatividad.

No hay más que mirar la lista de personajes relevantes con síndrome de Asperger, y nos encontramos con Albert Einstein a la cabeza, acompañado de Andy Warhol, Steven Spielberg o Bill Gates. Se dice que afecta más a hombres que a mujeres, pero esta afirmación aún se está cuestionando por los especialistas en este campo.

No todos las personas con síndrome de Asperger lo manifiestan en el mismo grado, así que hay muchos casos en los que no se diagnostica y se cataloga a alguien de peculiar o raro sin más.

Te contamos cuáles son las características de los niños con síndrome de Asperger, pero no todas se manifiestan en todos ni con la misma intensidad. Ante cualquier duda o sospechas, ya sabes, acude a tu médico para que puedas ayudar a tu hijo de la mejor manera posible. Aunque, te anticipamos desde ya que, además de un ambiente bien estructurado, serán el amor, la paciencia, la comprensión y el cuidado lo que les permitirá hacer grandes progresos y ocupar su lugar en la vida.

La interacción social

Son niños que normalmente no disfrutan del contacto social y que muestran torpeza al relacionarse con otros niños. De hecho, se relacionan mejor con adultos que con aquellos que tienen su misma edad. A la hora de jugar no asumen las reglas implícitas del juego ni el hecho de que puedan perder. Por eso intentan aplicar sus propias reglas, algo difícil de conseguir y que hace que prefieran jugar solos.

Cuando se encuentran frente a otra persona es habitual que opten por el mutismo o que no sean capaces de mirar directamente a los ojos. No llevan bien las conversaciones largas y cuando un tema les resulta confuso prefieren cambiarlo aunque sea de manera brusca. Prefieren las actividades dentro de casa y no suelen tener ganas de ir al colegio.

Pero pueden aprender a mejorar sus habilidades sociales y a entablar amistades si les son enseñadas con paciencia y esfuerzo. Siempre que se pueda hay que explicarles cómo hacer las cosas con los demás, de manera repetida, y ayudarles así a encontrar su lugar en el mundo. Es más, suelen resultar cariñosos y brillantes para aquellos que se relacionan con ellos.

El manejo de las emociones

Muestran dificultad para identificar sus emociones y expresarlas, a pesar de que suelen contar con un buen vocabulario y manejo del lenguaje. Del mismo modo, les cuesta reconocer los sentimientos de los demás y sentir empatía por los mismos. Son ingenuos e inocentes, y actúan sin malicia. Lo que dicen y hacen es sincero, y tienden al llanto y a la rabieta con mucha frecuencia.

La forma de comunicarse

Les cuesta entender las intenciones de los demás, tanto cuando se usa el lenguaje verbal como el corporal. Interpretan de manera literal todo aquello que se les dice, sin entender ni las metáforas ni las ironías. Tienen un peculiar sentido del humor, y en muchas ocasiones parecen mostrarse ausentes y absortos en sus propios pensamientos.

En cambio, hablan mucho, en un tono normalmente monocorde y alto. Tienen un vocabulario muy amplio y formal. Y también tienden a inventar palabras o expresiones. Pero aunque su vocabulario y su forma de hablar sea brillante, no quiere decir que entiendan lo que se les dice al mismo nivel, por lo que hay que explicarles las cosas de manera clara y sencilla.

Nivel de comprensión

Destaca la excepcional memoria que tienen, sobre todo para fechas y datos que pueden pasar desapercibidos para los demás. Tienen interés y habilidad por las matemáticas, y por la ciencias en general. Aprenden a leer temprano y de manera autodidacta. No se muestran imaginativos ni creativos, ni por sí mismos ni cuando juegan, por ejemplo, con muñecos.

Les cuesta entender contextos muy generales y las preguntas complejas, por lo que tardan en responder. Muestran dificultad para entender y asumir normas, por lo que no suelen comprender porqué se les critica, reprende o castiga. Tampoco entienden que haya que modificar el comportamiento en determinadas situaciones sociales. Ayudarles a distinguir entre espacios públicos y privados, es una buena manera de comenzar a introducir la diferencia de comportamiento según la situación.

Por qué muestran interés

Suelen volcar todo su interés en temas concretos que les despiertan fascinación, y a ellos pueden dedicar la mayor parte de su tiempo, bien para pensar en ellos, bien para investigar, hablar o escribir sobre ellos. Todo esto sin importarles si los demás muestran algún tipo de interés similar al suyo.

Es muy importante prestarles apoyo cuando se embarcan en un proyecto concreto, aunque nos resulte algo pequeño o carente de interés, porque a ellos les apasiona y es una manera de mostrarles nuestro apoyo emocional, lo que les hace sentirse más seguros.

Las rutinas son necesarias para ellos y las crean, elaborando rituales que deben ser cumplidos para sentirse seguros. Los cambios en sus rutinas o la imposición de rutinas nuevas les produce angustia y miedo. Es cierto que para quien está al lado esta actitud obsesiva puede suponer un motivo de estrés, pero para ellos es una forma segura de manejar la ansiedad en el día a día. De hecho, una forma que tienen de conseguir sentirse seguros es repitiendo determinadas acciones de manera compulsiva.

Habilidades de movimiento

Se desenvuelven físicamente con cierta torpeza, ya que su coordinación motriz es pobre. No les gustan los deportes ni los juegos muy físicos, no muestran destreza para atrapar una pelota y su forma de correr puede resultar extraña. Las acciones cotidianas, como vestirse o atarse unas zapatillas, también les pueden resultar complicadas.