Reducción de jornada: cuándo se puede pedir, cómo se produce y cuál es su duración

  • La reducción de la jornada de trabajo es un mecanismo clave para la conciliación de la vida laboral y la familiar

  • Si se cumplen los requisitos, se puede solicitar sin problema con algunos detalles como el número de horas o el periodo total de duración

La conciliación familiar no es fácil cuando se trabaja y se tienen niños pequeños en casa. Al principio del confinamiento que España ha vivido se podía pensar que el teletrabajo podía ser una alternativa para la conciliación, pero el tiempo ha hecho que la balanza se decante más por el no que por el sí. Aún así uno de los mecanismos que existen para intentar conciliar la vida laboral con la familiar es la reducción de jornada, un derecho al que todo trabajador puede acogerse, siempre que cumpla con una serie de requisitos personales, por su puesto.

¿Cuándo se puede pedir?

La reducción de jornada no es otra cosa que una disminución de horas de trabajo que esta totalmente regulado en el Estatuto de los Trabajadores y que puede pedirse en varios casos.

  • El primero y el más utilizado suele ser por el cuidado de un hijo menor de 12 años, a partir de esa edad la reducción terminaría.
  • Otro de los casos es en los trabajadores que están al cuidado de un menor de edad afectado por cáncer o cualquier otra enfermedad grave que pueda requerir de ingreso hospitalario o de un cuidado continuo y directo.
  • Si el trabajador está a cargo de un hijo con discapacidad física, psíquica o sensorial, siempre que este no trabaje y no pueda valerse por sí mismo.
  • Cuando se está encargado del cuidado directo de un familiar, hasta el segundo grado, que por ciertas circunstancias no se puede valer por sí mismo. Este caso engloba a padres, hijos, nietos y hermanos propios pero también del cónyuge, de cualquier edad y solo si esta persona no desempeña ninguna actividad retribuida, es decir, no trabajen.

La reducción de jornada se solicita a la empresa a través de un escrito con una antelación general de 15 días salvo alguna circunstancia que determine otro periodo. Este escrito debe contar con alguna de las causas que pueden permitir que se establezca este derecho y con la fecha de finalización de la reducción y, por tanto, cuando el trabajador se reincorporaría a su jornada habitual.

¿Cómo se produce?

La reducción de la jornada laboral se debe producir dentro del horario que el trabajador tenía antes de la solicitud. Por lo general el máximo al que se puede aspirar en la reducción es de la mitad del horario, aunque solo en el caso de un menor afectado por una enfermedad grave se puede superar la reducción de más de la mitad. Por su parte, se debe tener en cuenta que el horario, a no ser que se llegue a un acuerdo con la empresa, debe ser siempre el mismo, es decir la reducción es diaria, ya que según esta recogido en la ley, la reducción es para todos los días por igual.

Un punto que no se tiene que pasar por alto es que la empresa no puede negarse a la petición de reducción de jornada siempre que esté debidamente justificada, ni tampoco al porcentaje del horario escogido. Donde sí tiene voz y voto es en el horario que el trabajador haya escogido, al que tendrá que proponer otro distinto.

Por supuesto, la reducción conlleva a una disminución de la nómina proporcional a la reducción de la jornada y que afecta al salario y también a los complementos que pueden existir, aunque algunos pueden no verse afectados según se indique en el convenio colectivo. Otro punto a tener en cuenta es que también se reduce la cotización a la Seguridad Social durante el periodo de tiempo que dure. En otro orden de cosas, existen un mayor blindaje de cara al despido, pues la empresa está obligada a justificar las causas y por qué ese trabajador y no otro es despedido. Es más, si no se justifica de manera convincente, el despido puede terminar siendo nulo.

La reducción de jornada es un mecanismo para que en ciertos casos la conciliación familiar y laboral sea más sencilla, en especial para madres y padres de pequeños que necesitan más atención tras su nacimiento y que de esta manera pueden hacerse cargo de ellos hasta que lleguen a la adolescencia y ya puedan valerse de mejor forma por sí mismos. Porque el trabajo es importante, pero la vida familiar lo es aún más y disfrutar de ella no hay nada que lo iguale.