La importancia de saber el sexo del bebé: ayuda a identificar posibles riesgos en el embarazo

  • Una vez se conoce el sexo del bebé los médicos pueden saber los posibles riesgos que pueden aparecer en el embarazo

  • Unas moléculas actúan de forma diferente según el feto es niño o niña

Hasta hace unas décadas era bastante complicado adivinar cuál era el sexo de tu bebé, pero la medicina avanzó y desde hace años se puede saber el sexo de tu hijo mediante una ecografía en el segundo trimestre, cuando los genitales del feto ya se han comenzado a desarrollar. Aún así, ya hay otros métodos que permiten conocer esta información con algo más de antelación, información que suele ser bastante importante más allá de saber si es niño o niña, pues dependiendo de su sexo puede traerte unas complicaciones u otras durante el resto del embarazo.

Desarrollo de enfermedades gestacionales

Cuando el bebé es un varón es frecuente que entre los riesgos se supervise un posible parto prematuro o algunas complicaciones gestacionales, como la aparición de la diabetes en la madre o la preeclampsia, una patología relacionada con el aumento de la presión arterial de la madre. Ahora un estudio, tras analizar a 85 mujeres embarazadas durante su gestación, ha desvelado que quienes tenían un feto masculino tenían unos niveles mayores de citoquina pro-inflamatoria, un desequilibrio que puede ser el inicio de una enfermedad gestacional.

No es que la citoquina pro-inflamatoria sea mala, es más, es esencial al inicio del embarazo para el desarrollo de la placenta. ¿Qué ocurre? Que sus niveles deberían comenzar a bajar de forma que aumenten las citoquinas anti-inflamatorias. No solo eso, el estudio también destaca una mayor presencia de nitratos en aquellas mujeres que se encuentran embarazadas de un niño. Estos nitratos dan lugar al óxido nítrico, que actúa como vasodilatador de la placenta, por lo que en muchos casos se puede tomar como una ventaja.

La preeclampsia, un factor de riesgo para niños y niñas

Pero mucho ojo, porque podría revertirse para ser un factor negativo en caso de que exista un ambiente pro-oxidante, que es justo lo que ocurre en casos de preeclampsia o de diabetes gestacional. Por todo ello, en cuanto se conoce que el bebé que se espera es un varón se suelen controlar estos valores para evitar riesgos innecesarios durante el tiempo restante de gestación.

Otros estudios también han concluido en las diferencias que existen en el perfil genético de las placentas según el feto sea niño o niña. Según el sexo parece que hay un molécula, la espermina, que es fundamental y que actúa diferente según si el embrión en niño o niña. En este último caso, en el embarazo de niñas, parece que los niveles de espermina son más altos, y esos valores por encima de la media pueden asociarse a un mayor riesgo de padecer preeclampsia por parte de la madre. Pero mucho cuidado, porque los niveles bajos también traen complicaciones al tener un riesgo mayor de crecimiento fetal deficiente.

Evitar el parto prematuro

De esta manera, una vez se conoce el sexo del bebé que se espera puede ayudar a prevenir riesgos en las semanas restantes de gestación al conocer perfectamente cuáles son los riesgos a los que se puede enfrentar en ese tramo del embarazo dependiendo de si es niño o niña y cómo el cuerpo reacciona ante esto.

Son factores que, sin duda, los especialistas tendrán en cuenta para que se tenga el mejor embarazo posible, ya que algunas de las patologías que están relacionadas con esos riesgos, como la diabetes, problemas en la placenta o la preeclampsia son también factores de riesgo que pueden provocar un parto prematuro que podría traer complicaciones al bebé. Por eso mismo, el control de todos esos factores puede ayudar a prevenir el parto antes de tiempo. Así que una vez se conoce el sexo del bebé los médicos se encargarán de revisar con constancia ciertos aspectos para descartar cualquier riesgo o peligro en el embarazo.