Vicky Beckham parece saberlo todo sobre la camiseta blanca, pero ¿existe la versión perfecta?

Iratxe Plaza 12/11/2017 08:16
  1. La perfección necesita inversión: busca un básico de calidad

Teniendo en cuenta que la camiseta blanca es uno de esos eternos básicos que, según los estilistas, no pueden faltar en ningún armario preciado, y que junto al jean hace las veces de comodín de lunes a viernes (todo depende de cómo la combines), nos atrevemos a afirmar que sí merece la pena invertir si estás pensando en hacerte con LA CAMISETA. Y recuerda, un precio más alto en la etiqueta no significa que tengas que dejar tu tarjeta de crédito temblando. A veces el quid de la cuestión es invertir un poco más de tiempo en la búsqueda y equilibrar calidad y precio.

2. El tejido: ¿ese gran aliado?

El universo texturas es un tema un tanto farragoso, ya que todo depende de las manías o preferencias de cada uno a la hora de elegir tejido. La pregunta clave antes de decidirte es: 'cuándo me la voy a poner'. De lunes a viernes y si la quieres combinar con otros básicos, hazte con un modelo en algodón, piel o lino (pero, ¡cuidado! este tejido puede jugarte malas pasadas porque se arruga solo con mirarlo). Si estás buscando esa camiseta básica con un toque especial, que también sea una opción para una cita de noche, tienes que irte a la sección de tejidos más delicados: seda, organza o lúrex.

3. El cuello no es ninguna tontería

Una cuestión súper IMPORTANTE en esta búsqueda de 'la camiseta perfecta' es el tipo de escote. Aunque pensemos lo contrario, el tamaño de tus pechos sí importa a la hora de elegir tu básico. ¿La clave? La forma del cuello. Recuerda: escote bardot o en 'v'=pecho pequeño; escote redondo o recto=pecho voluminoso y mediano; escote cisne=pecho atlético y grande; escote asimétrico=cuerpo recto, sin curvas; escote cruzado o mágico por sentar bien tanto a quienes tienen el pecho mediano como grande. Toma nota de este truco, te ayudará a decidirte: para realzar y elevar tu pecho, el escote no debe ser demasiado abierto.

4. La talla, otra cuestión a tener en cuenta

En este punto entra el juego el número de camisetas blancas que tengas amontonadas en tu armario. Si eres una 'adicta a las compras' y tienes varios modelos, puedes permitirte arriesgar. Hazte con el hit de la temporada pintada con mensajes, una versión más entallada a lo 'femme fatale' o oversize -en este caso puedes robársela directamente a tu chico del armario-. Si todavía no has encontrado a 'tu media naranja' con forma de camiseta, debes ceñirte a las reglas: escote redondo, de algodón y manga corta.

5. Sexy o too much: qué grado de transparencia es el tuyo

De nuevo surge la eterna pregunta: ¿cuándo me la voy a poner? En este punto, las superposiciones también nos van a dar mucho juego. Vamos por partes:

Si te gusta arriesgar, hazte con un modelo transparente al que puedes dar una vuelta de tuerca si la superpones sobre un jersey fino e incluso sobre otra camiseta, que te permita jugar con los diferentes largos de las mangas. ¿La clave? Cumple la función 24/7, te la podrás poner las 24 horas los siete días de la semana. Una opción con las que también puedes brillar a lo Fiebre del sábado noche. Además, si eres de las de 'too much', puedes darte la licencia de optar por un sujetador a todo color (marcándote un Paula Echevarría), y ser la más cool del lugar. Si por el contrario buscas la funcionalidad, hazte con una versión poco calada en la que, aunque tengas que optar por ropa interior nude, enseñes lo justo. El grado de sensualidad, lo pones tú.

Recuerda, una sencilla camiseta blanca puede darte más alegrías de las que pensabas. Todo depende de cómo y con qué la combines.