Ir de negro a una boda en el siglo XXI es posible: outfits para brillar

  • No se trata de un color prohibido, pero hay algunas reglas para llevarlo de boda

Los protocolos han cambiado y si no lo han hecho, muchos de ellos han quedado obsoletos y no se tienen demasiado en cuenta, así que la respuesta a si se puede ir de negro a una boda es que sí. Deben quedar claras un par de cosas, la primera es que no se trata del color más acertado (basta con imaginar que todos los invitados tuvieran esa misma idea) y la segunda es que se puede ir de negro, pero no de luto.

Teniendo claro que no se trata de un color prohibido para una invitada de boda, salvo que la pareja que se casa lo excluya expresamente, es mejor reservarlo para una boda de noche, aunque para una boda de día hay pequeños trucos que lo hacen perfectamente adecuado.

Un vestido negro largo

Un vestido negro largo es más que correcto para ir a una boda de tarde-noche que se va a alargar hasta bien entrada la madrugada. Se debe elegir un modelo para celebrar, es decir, que transmita alegría con lentejuelas, plumas, aberturas, escotes, transparencias, joyas, apliques, bordados, complementos…, aunque no todo al mismo tiempo y recuerda que no eres la protagonista de una alfombra roja: no hagas sombra a la novia.

Te damos varias sugerencias para combinar el vestido negro largo en una boda:

- Si vas a enseñar piel, céntrate en una sola parte de tu cuerpo: escote, espalda o pierna.

- Si vas a llevar joyas ten en cuenta el patrón de tu vestido: collar ancho para escotes muy cerrados o intermedios, pendientes grandes para un escote profundo y si llevas abertura en la pierna, apuesta por una pulsera vistosa, por un brazalete o por un zapato o bolso joya.

- Si tu vestido es de lentejuelas, metalizado o de un tejido brillante prescinde de llevar joyas o apuesta por las de piedras, no le sumes más brillos con complementos de oro o plata.

- Olvida las pamelas, sólo son apropiadas para las bodas de día. En cuanto a los tocados, mejor si los reservas con vestidos de largo midi.

- Recógete el pelo en una coleta o un moño sencillo, opta por un recogido simple, nada de peinados muy elaborados. Si te vas a dejar la melena suelta debes llevarla bien tratada, nutrida, brillante y peinada, aunque hayas optado por un “efecto despeinado”.

Una falda con volumen

Otra posibilidad de llevar negro en una boda de tarde es elegir una falda que lo diga todo por su tejido o su patrón. Si has optado por las transparencias, apuesta por la sobriedad y el recato en la parte de arriba; si se pasa de delicada y romántica con tules y bordados, juega al contraste con prendas de arriba más contenidas; si tiene mucho volumen, equilibra la figura con prendas ajustadas; si has optado por vestir totalmente de negro, elige algún complemento de color que le ponga un poco de vidilla al look.

Un mono negro

Un mono negro no es la elección más sencilla para una boda, pero si va a ser tu apuesta tiene que ser muy sofisticado y elegante. Nada de brillis, nada de escotes hasta el ombligo y nada de ir embutida. Apuesta por tejidos de calidad, por patrones sencillos o por un estilo muy glamuroso, que no parezca que te vas de marcha a Studio 54, que no tiene nada de malo pero no es la idea, porque eres la invitada de una boda.

El esmoquin

Otra posibilidad atrevida, elegante y clásica, es recurrir al esmoquin negro. Basta elegir uno que te siente bien, combinarlo con una camisa blanca, sumarle un taconazo y añadir algún detalle que lo feminice: una flor negra en el cuello, una de color en la solapa, unos pendientes o un collar de perlas o un bolso joya. Apuesta por un peinado sobrio y un maquillaje en el que los labios sean los protagonistas.

Un vestido negro corto

Si te vas a decidir por un vestido negro para una boda de día, el patrón tiene que ser muy especial, de lo contrario parecerá que sales de fiesta un sábado cualquiera. Apuesta por los volúmenes, las asimetrías, el estilo arquitectónico o los drapeados y si lo que te gusta es el minimalismo haz que el vestido pase a un segundo plano y acompaña tu vestido con un sombrero importante o con accesorios impactantes.