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Que Isabel Díaz Ayuso haya optado por ir de blanco de arriba abajo para su debate de investidura no es casual. Por mucho que la reelegida presidenta de la Comunidad de Madrid siempre haya reivindicado su libertad (también) a la hora de vestirse, decantarse por la neutralidad y pasar de los negros y rojos intensos a los que nos tiene acostumbrados forma parte de una estrategia política. Al menos así lo dicta la moda. Y la historia. Ahí van algunos datos que lo demuestran.
Nacho Montes, nuestro experto en protocolo, ya advirtió que, si tienes por delante una cita complicada, el blanco "funciona totalmente". Siempre. Desde que el mundo es mundo "se ha usado para situaciones concretas y sensibles, como las dimisiones políticas, las dispensas papales o las comparecencias en escándalos", nos explicó. Un método con el que logra dar una imagen "de inocencia y pureza" a través del lenguaje corporal que va directa a nuestro subconsciente.
A pesar de que parece que a Ayuso se lo pondrán fácil y accederá a la presidencia regional en la Asamblea de Madrid este mismo viernes gracias al apoyo de Vox, un día como hoy marca un hito para su carrera. Más allá de su discurso, con el que deberá convencer a sus aliados para los próximos dos años de gobierno, la elección del blanco le aporta una imagen global que va más allá del mensaje que quiera transmitir con sus palabras.
También tendrá que ganarse al pueblo, a esa mayoría que ha confiado en su gestión para esta segunda mitad de legislatura. Para ello, Isabel Díaz Ayuso ha combinado una chaqueta de escote cruzado y amplios botones centrales con unos pantalones anchos de corte capri.
Los antecedentes son claros. Y seguro que aún están en algún cajón de tu memoria. Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes también cayeron en el 'total white' para otro momentazo político. En su caso, de opuesto contenido al de hoy.
El blanco fue el color que marcó sus dimisiones, y en el caso de la segunda, que dejó la Puerta del Sol por un máster y dos cremas, lo que quiso decirnos sin decirlo con su traje de Zara fue, en palabras de Montes, "soy inocente y esto me ha pasado a mí como le ha podido pasar a cualquier ciudadano, y me presento ante vosotros con esa honestidad para dimitir".
Ejemplos como estos hay otros miles. ¿Cuánto se ha hablado del Armani blanco con el que Letizia pronunció aquel famoso 'déjame terminar'? Su espontaneidad al anunciar su compromiso con el por entonces príncipe Felipe le pasó factura, pero lo que quiso casa real fue transmitir a través de la moda que esa mujer con pasado que aspiraba a reinar era la opción perfecta.
Seguiríamos hablando de otros hitos vip en los que una celebrity se la jugaba. Recordemos a Naomi Campbell, Paris Hilton o Lindsay Lohan sentadas en un banquillo vestidas de blanco (por supuesto). O de Hillary Clinton en su último debate contra Trump por la Casa Blanca. Pero no hace falta que nos vayamos tan lejos. Es más, podemos volver a Ayuso y su estrategia política con la ropa al rescatar esta imagen de la inauguración del Hospital Zendal.
Su proyecto de crear un hospital de pandemias en el norte de Madrid quizá haya sido lo más criticado y alabado de su paso por la presidencia de la Comunidad, al menos hasta la fecha. Y en ese caso también optó por el mismo tono, esta vez con algo más de rimbombancia en el diseño de su blusa 'pussy bow', con lazos en la pechera que hicieron que a muchos les recordase al estilo de la Dama de Hierro.