Vaporosas, fluidas y fresquitas: las mejores telas para los vestidos de verano

  • En verano debes olvidarte de las telas que no traspiran

  • Si eres calurosa, debes postar por las fibras naturales y con capacidad térmica

Cuando suben mucho las temperaturas, y mientras no es posible andar por la vida en bikini y chanclas, la única manera de soportar el calor es apostar por los patrones y tejidos más fresquitos para tus prendas. No es suficiente hacerte con vestidos de tirantes, camisetas sin mangas o pantalones cortos, es fundamental saber elegir la tela en la que están fabricados.

Seguro que has notado que entre tu ropa de verano hay prendas que te dan más calor, o que te hacen sudar, que se te pegan a la piel o que, sencillamente, no te resultan tan cómodas como otras. Es aquí donde entran en juego los tejidos. Olvidarte de las telas que no transpiran -acrílico, poliéster o poliamida- es el primer paso, lo siguiente es conocer la composición de tus prendas y características específicas de cada textil para elegir el que mejor se adapte a tus gustos, a tus necesidades y a tus patrones favoritos.

Algodón

El algodón es un tejido que se adapta a todo tipo de prendas y cuando es de buena calidad, 100% algodón, absorbe la humedad y expulsa el calor corporal, por eso es una de las mejores telas para prendas de verano. Sin meternos en profundidades de hilaturas, tramas y urdimbres, el algodón se utiliza para la elaboración de telas tan dispares como mezclilla (la clásica de los pantalones vaqueros), chambray (de aspecto parecido al denim, pero de tacto suave y ligero), cotton (el de las camisetas), sarga (con rayas diagonales en relieve típica de trajes masculinos), batista (similar al tejido de lino), crepe (tejido ligero propio de vestidos sueltos) o popelín (tejido liso clásico de camisas), entre muchísimos otros.

Muchas prendas de verano utilizan el algodón en su composición, pero en demasiadas ocasiones va mezclado con tejidos como el poliéster, de manera que ve reducida todas sus propiedades en el porcentaje de poliéster que lleve incorporado.

Seda

La seda es un tejido natural que producen las larvas de las mariposas, que además de absorber la humedad tiene una característica especial: regula la temperatura corporal, es decir, mantiene el cuerpo frío en verano y le aporta calor en invierno. Tiene un tacto suave, su aspecto es liso y de acabado semi brillante y aunque tiene buena caída, hay que aclarar que la seda no es resbaladiza, esa es la pista para no confundirla con las fibras sintéticas que imitan su aspecto, que no transpiran, que dan calor en verano y que sí son escurridizas. Es una de las mejores telas para vestidos de verano, para para blusas, tops y pantalones largos de pernera ancha tipo palazzo.

Lino

El lino es el tejido clásico de los pantalones y chaquetas de verano, aunque también es muy utilizado en faldas y vestidos largos. Es una fibra textil de origen natural y uno de los más antiguos de la historia pies se conoce desde Egipto. Entre sus muchas propiedades, hay que destacar que es resistente a las radiaciones UV, aísla del calor, absorbe la humedad, se seca rápido y es cómodo. La única pega es que se arruga mucho, un pequeño inconveniente que se soluciona si piensas en el eslogan “la arruga es bella” o si el lino va mezclado con otros tejidos como el algodón o la viscosa, en cuyo caso no pierde sus propiedades.

Cáñamo

La fibra de cáñamo se ha convertido en otro de los tejidos naturales favoritos del verano. Con un aspecto similar al lino, aunque se arruga menos, entre sus ventajas destaca su gran capacidad térmica, es decir, es cálido en invierno y fresco en verano, que no se deforma con los lavados y que tiene una gran capacidad de absorción de la humedad. Es habitual que el tejido de cáñamo se mezcle con seda o con algodón para aumentar la suavidad de la tela destinadas a la elaboración de prendas de vestir.

Lyocell o Tencel

El lyocell, que se comercializó inicialmente en Estados Unidos como Tencel, es un tejido natural que se fabrica a partir de celulosa o pulpa de madera. Aunque no se trata de una fibra natural, tampoco está calificada como sintética, en cualquier caso, su origen se refleja en su precio que es más económico que el de los tejidos naturales. Se caracteriza por tener una superficie suave, por ser ligero, transpirable y por su gran capacidad para absorber la humedad, propiedades que lo convierten en una de las telas clásicas para la fabricación de prendas de verano.

Viscosa y modal

Tanto el modal como la viscosa, también llamada rayón, son fibras sintéticas procedentes de la celulosa con capacidad para imitar el aspecto de algunas fibras naturales como el algodón, la seda o el lino, pero en cuyo proceso de fabricación intervienen químicos tóxicos que las hacen poco o nada sostenibles, aunque si económicas. Además del precio, entre sus propiedades destacan la capacidad para absorber la humedad, su suavidad, ligereza y transpirabilidad, características que han convertido a estas telas en unas de las favoritas de la época estival.