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Los colores y prendas que serán tendencia este otoño-invierno 2021/2022, en poco o nada se parecen a las que reinaron en la pasada temporada invernal en la que el estilo comfy se apoderó de la silueta femenina en forma de chándal, sudadera y pijama.
El tiempo de estar en casa ha dado paso a un deseo de diversión que se ha reflejado en las pasarelas y en sus propuestas para la temporada. A los intemporales camel y negro se suman dos tonos poco habituales del otoño-invierno, el lila y el amarillo.
En cuanto a las tendencias imprescindibles de la temporada, no pasarás sin unas prendas de punto, un traje sastre muy femenino, un poco de brilli-brilli y mucho estampado en total look.
No es una novedad que el punto se vaya a convertir en uno de tus imprescindibles de la temporada, lo que si es nuevo es cómo se lleva. Las opciones son varias y para todos los gustos.
Para los estilos más clásicos, firmas como Jil Sander, Adam Lippers o Altuzarra proponen vestidos lineales que, para quienes buscan la comodidad absoluta, se pueden combinar con abrigos y chaquetas en idéntico tejido.
Para espíritus más atrevidos, las propuestas van de los (antes frikis) jersey de Jacquard que propone Balenciaga, a los gorros y bufandas coordinados de Miu Miu que recuerdan a la más tierna infancia, los jerséis gigantes de Michael Kors o los cárdigan de patchwork de Marni.
Las lentejuelas, así como los tejidos plateados y dorados van a invadir todos tus looks. Los llevarás de día combinados con punto y con abrigos de paño o plumíferos y de noche como protagonistas absolutos de tus estilismos.
Paco Rabanne es una buena referencia, pero no pierdas de vista a otras firmas como Philosophy Di Lorenzo Serafini o a quienes consiguen dar un giro a la plata y el oro para que la puedas llevar de día, como Michael Kors o Victoria Beckam.
El sastre es tu compañero de fatigas al que recurres en horario de trabajo y en momentos de ocio, pero este año la novedad es que, a pesar de no perder auténtico valor que es la comodidad, las firmas apuestan por un sastre con un toque femenino: un ligero entallamiento de las chaquetas en Givenchy, un estampado llamativo en Victoria Beckham, una americana cropped en LaQuan Smith o, como propone Versace, jugar al layering añadiendo una minifalda.
Como si el tiempo hubiera retrocedido exactamente un siglo, los vestidos de los años veinte del siglo XX con sus siluetas longitudinales y sus ligerísimos tejidos de seda, encaje y satén, vuelven con algunas estrofas cambiadas. Vestidos camisones con un toque romántico que en Coach reciben las influencias del grunge, en Paco Rabanne las de los años cincuenta y en Kwaiden Editions aterrizan en el siglo XXI mediante el uso del látex rompiendo todos los estereotipos.
Recuperados directamente de los años setenta, los estampados oversize han vuelto esta temporada con ganas de imprimir alegría a las calles. Prints florales, psicodélicos, geométricos, barrocos o arty, que llevan a otra dimensión a los clásicos trajes sastres y vestidos camiseros.
A los negros, camel y marrones se unen este año dos invitados especiales: lila y amarillo.
Para el día, el negro viene en clave LBD, en siluetas mini tanto amplias como ceñidas, en paño, en lana, en cuero y en tejidos de efecto cuero. El camel y el marrón se reservan para los patrones más clásicos, aunque las firmas apuestan por darle un giro de guion con siluetas oversize, estampados retro y recuperando la logomanía.
Aunque la paleta de color de este otoño-invierno es muy variada, hay dos tonos que destacan, posiblemente por sorprendentes en esta época del año y son el amarillo y el lila. Puedes jugar a mezclarlos en un solo look, la prueba de que funcionan es Loewe, o arriesgar (y ganar) por el total look para darles mayor protagonismo.