Desde que se hiciese público que Gerard Piqué tiene nueva novia, Clara Chía, tras su reciente separación de Shakira, la joven de 23 años tiene a toda la opinión pública con los ojos puestos en cada uno de sus pasos. Es tal la presión mediática a la que está sometida -y que ha aumentado a raíz del lanzamiento de Monotonía, el último single de la artista colombiana- que habría tomado una drástica decisión respecto a su trabajo en Kosmos, la empresa del jugador del F.C. Barcelona, en pos de evadir los escándalos y el jaleo en general.
El paparazzi Jordi Martín, que está siguiendo muy de cerca esta trama, explicaba en el programa ‘Socialité’ que está tan “destrozada” que ha “dejado de ir” presencialmente a su trabajo: “Me cuentan que ya ni si quiera va a trabajar a la sede de Kosmos, si no que teletrabaja desde casa. No se encuentra con fuerzas”.
Eso sí, la relación de la pareja va viento en popa y está más unida que nunca. Tanto es así que el deportista catalán organizó una cena con trabajadores de su empresa en la que se “les veía muy enamorados”. “La conexión entre el futbolista y Clara Chía era tremenda”, afirmaba el fotógrafo, que comentaba que estuvieron intercambiando “muestras de amor y cariño” durante toda la velada.
Precisamente este programa de televisión publicó las primeras imágenes de Clara junto a los hijos de Shakira y Piqué. El mencionado paparazzi, autor de estas instantáneas tomadas en Cerdenya, la casa familiar del futbolista y la cantante, contaba los detalles de este encuentro. “Son tomadas en un prado, jugando a fútbol, donde se puede ver a ella jugando con los hijos de Gerard”, explicaba el paparazzi, que está convencido de que es “un palo” para la colombiana ver el evidente buen rollo de Clara con los menores.
En estas instantáneas, que habrían visto la luz con el permiso del defensa del F.C. Barcelona, ya que le da “absolutamente igual”, se puede ver a Piqué y Chía pasándoselo en grande junto a Milan y Sasha, de 9 y 7 años. La pareja y los niños, vestidos con ropa cómoda, juegan a la pelota con un perro y una portería de fondo, en el interior del interminable césped de la parcela que adquirió la artista colombiana y el jugador de fútbol cuando estaban juntos.