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Irene Rosales explica cómo se organiza con Kiko Rivera para ver a sus hijas tras la separación: "Tenemos un régimen"

Irene Rosales y Kiko Rivera, en una imagen de archivoInstagram @irenerova24
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Irene Rosales ha roto su silencio en los últimos días y ha hablado por primera vez con claridad sobre su vida actual tras la separación de Kiko Rivera. Lo ha hecho en una entrevista exclusiva con la revista 'Semana', en la que aborda tanto los motivos que la llevaron a poner fin a su matrimonio como los detalles de su nuevo comienzo sentimental junto a Guillermo, un empresario andaluz. En la conversación, la excolaboradora televisiva desmiente rumores sobre una posible infidelidad y aclara que su relación con Guillermo empezó “después de la ruptura”, insistiendo en que “es totalmente falso” que él tuviera algo que ver en su separación.

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Rosales ha querido también ordenar la cronología de ambos capítulos de su vida. Según explica, la decisión de separarse fue “de mutuo acuerdo”, tras un “enfriamiento mutuo” que derivó en rutina y falta de felicidad. Durante las vacaciones familiares en Mallorca, antes de hacer pública la noticia, la pareja ya había hablado de su distanciamiento y decidió comunicarlo a sus hijas. “Dejamos de dormir juntos cuando se lo contamos a las niñas”, afirma Irene, refiriéndose a Ana y Carlota, de nueve y siete años.

Así se reparten las visitas de sus hijas Irene y Kiko

Durante la entrevista, Irene ha hablado sobre el tema de la custodia y el régimen de visitas de sus hijas. Irene asegura que no han formalizado aún una custodia legal, pero sí mantienen un acuerdo práctico y cordial. “Tenemos un régimen donde él tiene días para estar con las niñas, pero nos ayudamos mutuamente”, detalla. La sevillana destaca la buena comunicación que mantiene con su exmarido: “Si él justo esos días tiene trabajo, no pasa nada, somos flexibles en todo”.

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El motivo por el que fue Kiko Rivera quien abandonó el hogar familiar

Rosales explica además que la convivencia se resolvió de forma natural y sin conflictos. Aunque al principio no descartaba abandonar el domicilio familiar, la decisión final fue que ella se quedara allí. “Por mi parte dije que no tenía problema si era yo la que se iba de casa, pero al final decidimos que me quedaba yo por el hecho de que justo donde vivimos vive toda mi familia, entonces estoy más arropada en mi día a día”, cuenta. Sobre este punto, Irene deja claro que no hubo imposiciones ni tensiones. La prioridad fue siempre el bienestar de las niñas. “Los dos queríamos lo mejor para nuestras hijas”, insiste. La influencer reconoce que su entorno familiar fue clave en la decisión: estar cerca de su familia le da apoyo en su rutina y en la crianza. Por eso, fue Kiko quien se marchó de la vivienda común, una medida que ambos asumieron con normalidad.

La pensión y la independencia económica de Irene Rosales

En lo económico, Irene se muestra tajante. “Pasa una pensión que es para las niñas. A mí no me tiene que pasar absolutamente nada”, afirma. Subraya que mantiene una buena relación con Kiko y que “hablamos diariamente” para coordinarse en todo lo que concierne a sus hijas.

La sevillana asegura además que es económicamente independiente y que sus ingresos proceden de su trabajo en redes sociales. “Las estoy cuidando cada vez más y ya las estoy rentabilizando”, comenta sobre sus plataformas digitales, que se han convertido en su principal fuente de ingresos. Con una visión optimista del futuro, confiesa que la separación le ha ayudado a reencontrarse consigo misma: “Hay que disfrutar de la vida”.