Bodas de famosos

Así fue la boda de Fuschia Kate Sumner, hija de Sting, en Sicilia: bajo las estrellas y con un invitado muy especial

Sting y Trudie Styler en la alfombra roja
Sting y su mujer Trudie StylerCordon Press
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Tres días duró la boda de Fuschia Kate Sumner, hija de Sting, y el director creativo Max Wright. Una celebración que tuvo lugar en Sicilia y en la que uno de los momentos más emotivos fue la llegada de la novia, que lo hizo del brazo de su padre. Se juraban amor eterno en la villa Dimora delle Balze, ubicada en la ciudad de Noto, y lo hacían bajo la atenta mirada de familiares, amigos y un invitado más que especial, el hijo de la pareja

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La boda de Fuschia Kate Sumner, hija de Sting, en Sicilia 

Sting está acostumbrado a ser el protagonista, pero en esta celebración no dudó en ocupar el lugar que le corresponde como padre de la novia, un discreto segundo plano que solo se convirtió en principal durante unos minutos, al llevar a su hija hasta el altar y al pronunciar un breve discurso, con el que consiguió sonrisas y lágrimas por parte de la audiencia que acudió para celebrar el gran momento de la pareja. 

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La novia estuvo muy bien arropada por todos sus familiares, entre los que destacaron su padre y su madre, la primera esposa del cantante, de quien se divorció en 1984. Tuvieron dos hijos, la propia Fuschia Kate y su hermano mayor, Joe, quien no solo estuvo presente, sino que quiso tener un detalle con su hermana y tocó varias canciones con la guitarra.

Estuvo también Trudie Styler, la actual mujer de Sting, así como los hijos de ambos. Mickey, la mayor de los cuatro que tienen en común (tiene 41 años, dos menos que Fuschia), ejerció como dama de honor.  

La pareja no escatimó en detalles y cuidó con mucho cariño todo lo que sucedió durante el enlace, desde el intercambio de votos hasta los fuegos artificiales con los que celebraron su unión y que les acompañó en su primer beso una vez casados. Después, todos los invitados pudieron disfrutar de un festín en largas mesas bajo la luz de las estrellas y las velas en el mismo lugar de la ceremonia, la villa Dimora delle Balze. 

Las sonrisas no se borraron de su rostro en ningún momento, salvo cuando la emoción era demasiada, como al ver llegar a la novia con un vestido de Valentino, con los hombros al aire y la falda de tul

Los novios deleitaron a sus invitados con una fiesta en la calle con música y comida tradicional italiana el día previo, una velada que finalizó con una representación de ¡Una Serenata! en el teatro. El día posterior a la boda organizaron una barbacoa como despedida y agradecimiento a todos por formar parte de un momento clave para ellos. 

"¡Lo conseguimos!", exclamaba la novia a través de su cuenta de Instagram después de la gran celebración. “¡Los tres días más divertidos de nuestras vidas! Prometo más fotos en cuanto durmamos al menos 12 horas”. La pareja se quedó por la zona para comenzar su luna de miel, unas vacaciones familiares junto a su pequeño.