Ana Botella y la flor de su secreto

Esther L. Calderón 23/03/2012 12:15

El segundo día de primavera amaneció con Ana Botella inaugurando el Mercadona de la calle Serrano, una de las zonas más vip de Madrid. Hasta allí se trasladó no sin cierto temor a que una foto como la de arriba se produjese. La Alcaldesa se vio sorprendida por un flash traicionero bien cerquita de las peras y manzanas, protagonistas de uno de sus momentos más míticos y delirantes (por no decir otra cosa) y que le viene persiguiendo desde entonces. Para hacer frente al encuentro no dudó en llevar su talismán, la flor que no se quita de la solapa desde que sucedió a Gallardón. A falta de pantanos, unas horas más tarde Esperanza Aguirre inauguraró el mismo establecimiento. Pero eso es otro tema.

El detalle fue precisamente uno de los protagonistas en la sombra de su embestidura como Alcaldesa en pasado 27 de diciembre. Medios de medio mundo (bueno, españoles) se hacían eco del momento con una foto en la que una Botella muy sonriente daba el ‘sí quiero’ vestida de negro y flor (instantánea central de arriba), acompañada por su hija Ana y su yerno Alejandro. Un broche sencillo, nada especialmente relevante en la historia de la moda, aunque parece que la esposa de Aznar lo adora.

Con él estuvo también en la Cibeles Fashion Week a principios de febrero, junto a Pedro J y el embajador Bruno Delaye (foto de arriba a la derecha), para disfrutar del desfile de su amiga Agatha Ruiz de la Prada. Gracias a esa visita nos hemos podido saber que en realidad el broche es un tándem, una suerte de simbiosis de flor grande y pequeña. En solitario lo llevó además en otro par de actos oficiales, combinándolo tanto con prendas de un solo color como con tejidos de rayas.

Los estilismos 'lo que sea+mi broche' van más allá. Tras una ardua investigación de hemeroteca, hemos descubierto dos cosas: que Ana casi siempre los prende a la izquierda y que cuando algo se le pone entre ceja y ceja no lo suelta hasta que se cansa del todo. Buen ejemplo de ello es otro de sus broches fetiche, este más de la época de su paso por el Área madrileña de Medio Ambiente y compuesto por florecillas silvestres rojas arremolinadas en torno a cierre sencillo.

La Alcaldesa se puso el broche rojizo el pasado 26 de enero para recibir en la capital al Presidente de Perú, Ollanta Humala; en noviembre del año pasado para asistir como Concejala, junto a Ágatha, al acto benéfico ‘Por el derecho de los niños’ y en octubre para pasear por el rastrillo ‘Nuevo Futuro’ y tomar cañas y tapas con Doña Pilar de Borbón. También en sendas entrevistas para periódicos de papel.

Temazo aparte es la libélula, insecto símbolo de buena suerte, quizás su primer favorito. Quien sabe, quizás a falta de tatuajes, buenos son broches. Le vimos con él durante la graduación de los estudios de Empresas del Colegio Universitario de Estudios Financieros en junio del 2011, donde acudió con su esposo; también en la inauguración de la exposición 'Sophiavari firma y color' en mayo del mismo año y el marzo anterior en la presentación de la firma 'Tothom'. ¿Cuál será su próximo capricho? Seguiremos atentos.