El Roland Garros ha dado el pistoletazo de salida este domingo con una llamativa ausencia, la de Fernando Verdasco. El tenista español anunciaba a través de un comunicado que no podría jugar tras haber dado positivo en una prueba de coronavirus en su llegada a París. "Este año no voy a poder participar, muy a mi pesar y sintiendo una total frustración", lamentaba lo ocurrido. Una desilusión que pronto se habría transformado en cabreo, ya que ha desvelado que fue el pasado mes de agosto cuando estuvo enfermo -poco tiempo después de anunciar que sería padre de nuevo- y que ya había dado test negativos desde entonces. "En agosto pasé la COVID-19 de forma asintomática, seguí las indicaciones de aislamiento y volví a mi rutina tras dar dos negativo en dos pruebas PCR consecutivas", aseguraba el madrileño.
Sin pelos en la lengua, el marido de Ana Boyer ha estallado contra la organización, expresando su enfado después de que ni siquiera le hayan dado la oportunidad de hacerse otro test que pudiera confirmar que se trataba de un error. "Me dijeron que no podían hacerme otro test, que eran las reglas", afirmaba. Un enfado que tocó su culmen cuando anunciaban unas horas después que modificaban las reglas y si algún participante daba positivo, repetirían el proceso para asegurarse. "Todavía se te queda más cara de imbécil", se aquejaba Fernando, que no entraría en este grupo al estar fuera del cuadro. "Es una broma. Lo estoy viendo con abogados para intentar poner una carta legal a Roland Garros y que me indemnicen. Es lo único que queda, que me indemnicen por los daños causados".
Esta enfermedad habría llegado poco después de que anunciara que estaba esperando su segundo hijo junto a Ana Boyer. El matrimonio, que se daba el 'sí, quiero' en diciembre de hace tres años, descubría la buena nueva en una entrevista exclusiva para la revista ¡Hola!. "He tenido suerte porque he podido estar tranquila, en casa, durante las primeras semanas de embarazo, que son las más incómodas. Ahora me siento bien, estoy en el mejor momento", comentaba la hija de Isabel Preysler a la publicación. Un embarazo que no estaba previsto pero que vino en el mejor momento: cuando en pleno confinamiento paró todos los golpes y sus ajetreadas rutinas tuvieron que cesar: "Tener más hijos siempre ha estado en nuestros planes. Este año, que no hemos estado viajando, que ha habido un parón de todo, ha sido un timing perfecto".
En esta misma cabecera, el matrimonio descubría a principios del pasado mes el sexo del bebé que estaban esperando, y que sería el primer hermanito para Miguel. "Estamos encantados. Nos daba igual que fuese chico o chica. Pero que sea un niño es estupendo porque se llevará muy poco tiempo con él y serán buenos compañeros de juego", desvelaban emocionados en este reportaje, donde comentaban sus intenciones de seguir ampliando la familia: "Si que apetece tener una niña, pero no está asegurado", remataba.