Georgina Rodríguez habla de los millones que tiene en el banco: "Sé lo que cuesta ganarlos"

Tuvo una vida humilde y con pocos lujos antes de que su actual pareja cruzase la puerta de la tienda de lujo en la que trabajaba. Nacida en Buenos Aires y criada en Jaca, Georgina Rodríguez se mudaba a la capital recién cumplida la mayoría de edad para buscarse la vida y labrarse un futuro. Una vez instalada en Madrid, ciudad que veía con más posibilidades, encontró trabajo como dependienta a la vez que se presentaba a los castings que podía compaginar con su horario para cumplir su sueño en la moda.

Con el dinero que iba ahorrando pudo pagarse un billete a Reino Unido para perfeccionar su inglés y, a su regreso, gracias a esa formación, se ganó un puesto en algunas de las boutiques más reconocidas. Y fue entonces cuando uno de los mejores futbolistas del mundo se cruzó en su camino. Empezar a conocer a Cristiano Ronaldo, saltar a las portadas de las revistas del corazón y ser el de los fotógrafos cambió radicalmente su vida.

Georgina dejaba atrás su trabajo en tienda y, además de formar una familia numerosa que está a punto de ampliar, empezó a compaginar su nueva vida con campañas como modelo. Hoy en día sus ingresos proceden de diferentes fuentes. Dejando a un lado las colaboraciones que realiza eventualmente con firmas o eventos, Rodríguez es embajadora internacional de una conocida marca de joyas, mantiene un contrato con una empresa estadounidense de sportswear, es administradora de una sociedad en la que participa también su chico y tiene un contrato con Netflix para realizar una segunda parte de su documental.

Aunque son públicos sus trabajos, la it girl no está dispuesta a desvelar cuánto dinero ha ganado en el banco gracias a sus proyectos. “En cuanto a lo económico, me van a disculpar, pero de cuántos millones hay en mi cuenta bancaria prefiero no hablar”, hacía saber a nuestros compañeros de Forbes en una reciente entrevista. “En el mundo capitalista en el que vivimos es una herramienta útil, yo siempre lo he valorado y sé lo que cuesta ganarlo. Sigo igual de ahorradora ahora que cuando tenía mucho menos”, asegura.

A Gio no le tiembla el pulso a la hora de declinar propuestas con la que no se siente identificada o no está sujeta a los valores con los que convive. Su única prioridad en la vida es su familia. No está dispuesta a aceptar cualquier oferta por un buen caché. “Ser rico no es solo tener dinero ni acumular millones en un banco. Hay gente que tiene mucho en el banco y muy poco en su vida”, concluía con esta reflexión.