Paula Bonet: "La persona que me acosa ha ingresado en prisión"

  • Paula Bonet denunció al individuo por acoso hace más de un año

  • La escritora tuvo que cambiar de casa y tomar medidas de precaución por el pánico que le producía la situación

  • La ilustradora, ahora, respira tranquilo tras el ingreso en prisión de este individuo

El individuo que lleva acosando dos años a Paula Bonet ha entrado en prisión, concretamente fue el pasado 5 de octubre, cuando la jueza de instrucción de Barcelona decretó su entrada al ser acusado de saltarse la orden de alejamiento que pesaba sobre él, según ha informado el diario Ara. Una noticia que ha confirmado la propia artista vila-realense en sus redes sociales: “La persona que me acosa ha ingresado en prisión. Al cariño y los cuidados que he recibido de mi familia, mi pareja y mis amistades en estas semanas tan difíciles para mí, se ha sumado el vuestro, sirva este post para agradecéroslo públicamente”.

La escritora hizo público el calvario que estaba viviendo en septiembre de 2020 porque darle visibilidad fue la “única solución pacífica” que tenía en su mano a un suceso que “lamentablemente sufren a diario muchas mujeres”. “No es lo que más ganas tenía de hacer, de hecho llevo tiempo evitándolo, pero estoy cansada”, dijo en su cuenta oficial de Twitter. Por aquel entonces, el desconocido merodeaba por su taller e molestaba a sus alumnas. “Para aquellos que siguen pensando que no necesitamos revisar las leyes y que vivimos en un sistema que trata a todos sus componentes por igual, que entiendan que la realidad es otra”, descubría su caso con miedo en el cuerpo.

Hace tan solo unas semanas, Paula confesaba que la situación no solo no había mejorado, sino que era aún mucho peor. Según relataba con pánico a través de las mismas plataformas, su acosador había localizado su nuevo taller y acudía con asiduidad “saltándose de nuevo la orden de alejamiento” que le concedió la justicia. “Llegó con flores. A veces dice que quiere cortarme en trocitos, otras veces se agarra a la ventana de mi despacho a la una de la mañana mientras yo trabajo para que le explique qué me pasa, porque no me entiende, dice”, detallaba la ilustradora.

Bonet, harta de llamar al servicio de emergencias, empleaba de nuevo su altavoz en redes para denunciar esta pesadilla. “No hace falta que diga que sigo a la espera de juicio”, recalcaba horas antes de encontrarse en la puerta de su taller un nuevo ramo de flores de esta persona: “Estas son de hoy”.

Ahora, afortunadamente, Paula respira tranquila. “Voy a aprovechar esta paz para salir a por pinceles nuevos, pintar toda la noche y navegar por páginas web”, celebraba su libertad ante una incómoda situación que le ha proporcionado aún “más fuerza para seguir denunciando, con mi obra, las violencias que se ejercen sobre nosotras”.