El dolor por celulitis existe: ¿cuáles son sus causas, los síntomas y su tratamiento?

Por lo general nos enfrentamos a la celulitis únicamente como un problema estético, al que por suerte cada vez le damos menos importancia (sí, tenemos celulitis y no pasa nada). Ahora bien, si la celulitis duele no podemos ignorarla, porque además de ser molesta es un indicador de que debemos prestar más atención a nuestra salud. Te contamos por qué se produce el dolor por celulitis, cuáles son sus síntomas y cómo tratarla. 

Cuando la celulitis se presenta en un grado muy avanzado, su aspecto es duro o edematoso y causa dolor, sobre todo si se aprieta la zona afectada. Suele estar acompañada de sobrepeso, asociado a su vez a la retención de líquidos, y es un reflejo de un problema de circulación que puede afectar a las arterias y al corazón. Así que, efectivamente, hay que tomárselo en serio. 

¿Por qué duele la celulitis?

La celulitis es una acumulación de grasa y líquidos que se produce en determinada zonas del cuerpo. Cuando la cantidad es elevada, tanto de grasa como de líquidos, se comprimen terminaciones nerviosas, y esto provoca el dolor. Pero, como te decíamos, hay más: la presión que se ejerce sobre esas terminaciones nerviosas afecta a la circulación de retorno, tanto linfática como venosa, algo muy peligroso para nuestra salud cardiovascular. 

¿Cuál es mi tipo de celulitis?

Conocer el tipo de celulitis que tenemos y en qué grado puede ayudarnos a prevenir problemas y molestias, ya que influye en que duela o no. Hay celulitis blanda y dura, generalizada o localizada, y edematosa, que es la que duele. Además, se clasifica en los siguientes grados: 

  • Grado I: es la menos visible y suele aparecer en la juventud. Para detectarla y apreciar los clásicos hoyuelos, en muchas ocasiones hay que apretar la zona en concreto. 
  • Grado II: la celulitis se hace más visible y los hoyuelos se marcan al apretar suavemente.
  • Grado III: aquí la celulitis ya es visible cuando estás de pie y te miras en un espejo. En cambio, no se aprecia si estás tumbada. 
  • Grado IV: es el grado en el que la celulitis se muestra más avanzada y duele al roce. La piel de la zona está dura y es visible en cualquier posición.

Causas de la celulitis dolorosa

Hemos comentado que la celulitis dolorosa guarda mucha relación con el sobrepeso, pero no es el único factor que influye en su aparición. En realidad, todas aquellos hábitos que se relacionan con la celulitis, sea del grado que sea, más allá del genético, están también detrás de muchas caso en los que el dolor aparece: 

  • El uso de ropa ajustada que dificulta la circulación de la sangre
  • El consumo excesivo de cafeína, que favorece la retención de líquidos y reduce los vaso sanguíneos
  • El uso de anticonceptivos orales que producen una alteración hormonal
  • El consumo de alcohol y tabaco
  • El sedentarismo, que favorece el sobrepeso
  • El consumo de alimentos ultraprocesados, ya que contienen mucha sal y azúcares
  • Una mala alimentación en general, pobre en alimentos vegetales y rica en grasas

Cómo tratar la celulitis dolorosa

Lo ideal es atacarla desde diferentes frentes. Lo más importante es desterrar aquellos hábitos que son nocivos para la salud y que la favorecen, como el alcohol, el tabaco, el sedentarismo y una mala alimentación. Es hora de revisar tu dieta para perder el exceso de peso que te perjudica, y para ello nada mejor que ponerte en manos de tu médico o un nutricionista. 

El deporte también es clave, porque no solo te ayudará a perder peso y a tratar la retención de líquidos. También fortalecerás la musculatura de las zonas afectadas (y del cuerpo en general), algo esencial para evitar que la grasa se acumule en ellas.

Si te lo tomas en serio, cuidas tu alimentación y practicas ejercicio físico, no hay mejor refuerzo que iniciar un tratamiento en un centro de estética que acelere los resultados. Ponte en manos de un buen profesional que controle que técnica o aparatología es la más indicada para tu caso, y te ayude a eliminar los líquidos y la grasa acumulada: masajes drenantes, maderoterapia, LPG, presoterapia, etc.

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