Las herramientas del calor para el cabello son el gadget perfecto para lucir un hair look impecable. Con ellas alisamos, creamos volumen, hacemos ondas y rizos, damos forma el flequillo… y de todas las que hay en el mercado, las planchas son las más vendidas por su gran versatilidad. Si no cuentas una o estás pensando en renovar la que ya tienes, es posible que la gran oferta que hay en el mercado te abrume un poco. Por no hablar de la disparidad de precios, ya que algunas están por debajo de los 10€ y otras, las profesionales, pueden costar más de 400€.
Para facilitarnos la tarea, la OCU da consejos muy acertados para elegir la mejor plancha de pelo. Son muy útiles porque hay que pensar tanto en el uso que le vamos a dar, como en la calidad de la plancha, ya que es esencial que preserve la salud del cabello. No olvidemos que al tratarse de una herramienta de calor, un mal uso y un mal producto pueden dañar las fibras capilares de manera innecesaria. Así que toma nota de estas indicaciones para elegir la plancha que más te conviene.
Las planchas de pelo son una pinza que cuenta con dos placas en su interior que, al calentarse, consiguen moldear el cabello. Estas placas pueden estar hechas con dos tipos de materiales y debes tenerlo en cuenta para elegir las planchas que más te convienen:
Cualquiera de estos dos materiales es una buena elección, siempre que las placas sean de uno de ellos en su totalidad. Si solo están recubiertas con ellos, se desgastarán con el tiempo y dañarán tu cabello. En el caso de los revestimientos de plata, diamante, queratina, etc., aunque pueden aportar un extra al acabado, no suponen una diferencia apreciable y pueden incrementar el precio de manera significativa. El único revestimiento que puede ser realmente útil es el de turmalina, un mineral que consigue mejorar la suavidad y el brillo del pelo, ya que reduce el encrespamiento que produce la electricidad estática.
Ya habrás observado que hay placas con diferentes anchuras y debes pensar en cuál elegir según el fin que quieras darle a las planchas:
La sujeción de las placas es otro punto en el que no solemos fijarnos, pero que también hay que tener en cuenta. Hay dos tipos de planchas según la sujeción:
Las pinzas de la plancha son las que forman la estructura y se unen por una bisagra. Dentro de ellas se encuentran las resistencias que transforman la electricidad en el calor que llega al cabello. Asegúrate de que el material del que están hechas es resistente y no se calienta. Además, comprueba que al cogerlas con la mano son fáciles de agarrar y no pesan en exceso, para que las puedas manejar con comodidad y ejercer la fuerza necesaria para alisar el cabello.
Es imprescindible que la plancha permita el ajuste de temperatura que por lo general pueden ver en una pantalla, así que evita cualquier plancha que tenga una temperatura fija. Tienes que poder trabajar el cabello a diferentes temperaturas, intentando que no sean muy altas, para reducir el riesgo de dañar el cabello. Con una temperatura baja (160/180ºC) se puede alisar cabellos finos, y por encima de los 200ºC se alisan los cabellos gruesos y muy rizados.
Es muy importante que el cabello esté seco antes de utilizar la plancha, porque si está mojado el agua que queda hierve el pelo. Si prefieres usar tus planchas con el cabello húmedo, asegúrate de comprar una que incorpore la función vapor, ya que permite que la humedad sobrante escape por unos orificios diseñados con ese fin.
Si quieres utilizar tu plancha para alisar, pero también para rizar y ondular el cabello sin necesidad de utilizar otras herramientas, deben tener los bordes redondeados. Que los rizos sean más grandes o pequeños dependerá de la anchura de la placa.
Este es un detalle que incorporan algunas planchas y que será muy útil para quienes sepan hacer peinados complejos. Se trata de un revestimiento especial que permite sujetar la punta con los dedos durante unos segundos sin que se quemen.
Valora la longitud del cable de las planchas en el caso de que vayas a utilizarlas para peinar a otras personas, ya que un cable largo te dará libertad de movimiento. Además, si el cable gira en la unión con la plancha 360º la manipulación es aún más sencilla.
Las planchas que incorporan cierre de seguridad son más sencillas de guardar porque ocupan menos espacio. Pero otro detalle importante es que, al quedar correctamente cerradas, están más protegidas y pueden durarte más tiempo.
Cuando termines de usar la plancha debes apagarlas para evitar cualquier tipo de accidente. Por suerte, muchos modelos incorporan un apagado automático de seguridad que evita el sobrecalentamiento, algo que las puede estropear, o que dañen la superficie sobre la que están apoyadas por exceso de calor.
Muchas planchas vienen con una bolsa o estuche que está fabricado con materiales resistentes al calor. Es muy interesante esta opción porque puedes guardar la plancha al terminar de utilizarlas y también usarla para apoyarla cuando te los estás alisando o rizando.
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