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Boticaria García recomienda la doble protección solar en el rostro: en qué consiste y cuándo es necesario

Mujer tomando el sol
La divulgadora Boticaria García@boticariagarcia
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“¿Qué es la doble protección solar? Es un nuevo concepto que consiste en aplicar primero un protector solar sin color de toda la vida y después una capa de protección con color como maquillaje correctivo”, explica Boticaria García en uno de sus vídeos de Instagram. La farmacéutica más mediática de nuestro país lanza así una nueva idea que revoluciona la forma en la que nos enfrentamos al sol cada mañana. Y es que, como señala con su estilo habitual: “El famoso truco de aplicar dos deditos de crema no suele cumplir con los productos de color. Por aquello de que como tiene color, a ver si me voy a subir 5 o 6 tonos del pantone y se va a liar la cosa. Solución: doble protección. Primero sin, y luego con color”, concluye.

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¿Tiene sentido aplicar dos protectores solares? ¿Se suman sus efectos o puede haber interferencias? Una farmacéutica, una cosmetóloga y una experta en dermocosmética nos sacan de dudas.

Doble protección solar: ¿efectivo o marketing?

Lucía Altozano, farmacéutica experta en dermocosmética y titular de Skinpharmacy Jorge Juan 34, donde C Tangana ha rodado su último videoclip, pone el foco en lo esencial: “No necesariamente es necesaria la doble protección solar”, señala cuando le preguntamos si es más eficaz aplicar primero un solar sin color y después uno con color. “Cuando se aplican dos productos con filtros, es importante entender que no se suman sus factores de protección. Además, una superposición excesiva puede dificultar la correcta absorción o fijación de los filtros, o alterar la estabilidad de las fórmulas si no son compatibles”, explica.

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Lejos de apuntar a un beneficio inmediato, Altozano considera que “en la mayoría de los casos, un solo protector bien aplicado es suficiente y más eficaz”. Eso sí, matiza que todo depende de cómo se aplique: “Lo más importante es usar la cantidad adecuada, respetar el tiempo de aplicación y reaplicar cada dos horas o tras el baño”.

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La trampa del protector con color

Uno de los mayores riesgos de usar solo protector con color es la falsa sensación de seguridad. Lucía lo deja claro: “El problema no es que tenga color, sino cómo lo aplicamos. Si se usa como maquillaje y no como fotoprotector, la cantidad suele ser más baja, y por lo tanto, insuficiente”. Además, recuerda que solemos dejar fuera zonas importantes como el cuello, las orejas, el escote o las manos. “No ofrece doble protección ya que aplicando la cantidad adecuada de uno u otro se puede obtener la fotoprotección adecuada en todo momento”, señala la farmacéutica.

La percepción estética del color también juega en contra: “Puede existir un razonamiento erróneo en el que consideremos el protector con color con criterios estéticos, como una base de maquillaje, y no como un fotoprotector completo”, subraya. Y advierte que si tratamos de compensar aplicando capas de distintos productos, “esto puede sobrecargar la piel, generar brillos, pilling o incluso irritación en pieles sensibles”.

¿Y si mezclamos fórmulas?

En este punto, desde Skinpharmacy son tajantes: “Si los productos son compatibles, por ejemplo, de una misma línea o formulación, la textura no se ve comprometida, aunque estaremos derrochando producto y dinero”. Pero advierte que, en la práctica, no siempre usamos dos solares de la misma marca o línea: “Cuando se trata de diferentes marcas cosméticas, pueden darse incompatibilidades en las fórmulas de ambos productos, lo que forma una película inestable o poco uniforme”, añade.

Además, insiste en que más no siempre es mejor: “Más capas no significan más seguridad. Significan más riesgo de error. Mejor una única capa bien aplicada de un buen producto, que dos mal combinadas”.

Mujer con gafas de sol

La visión cosmética: doble capa, sí… pero con criterio

Raquel González, cosmetóloga y creadora de Byoode, no descarta la doble protección, pero con condiciones. “Tiene todo el sentido, sobre todo si estamos hablando de un SPF 50 en ambos casos y con filtros bien estabilizados”, asegura. La clave, según ella, está en la estrategia: “Al aplicar primero uno sin color, generalmente más fluido y fácil de extender en cantidad adecuada, aseguramos la base de protección. Después, el fotoprotector con color, que suele tener filtros minerales como óxidos de hierro, refuerza la protección frente a la luz visible, clave en pieles con manchas”, agrega la creadora de Byoode.

Eso sí, advierte que hay que dejar que cada capa se asiente bien, y recalca que el principal problema de los solares con color es que “no solemos aplicar los 2 mg/cm² necesarios para que el SPF sea real”.

Y si nos pasamos...

Mireia Fernández, directora dermocosmética de Perricone MD, coincide en que aplicar poca cantidad es uno de los grandes errores: “Por ejemplo, si el envase dice SPF 50, pero aplicamos la mitad, estamos recibiendo algo así como un SPF 10–15, lo cual es insuficiente para una protección efectiva frente al fotoenvejecimiento o las hiperpigmentaciones”.

En cuanto a la doble aplicación, Mireia señala que puede haber efectos secundarios si las texturas no son compatibles: “Sí puede hacerlo si no se eligen bien las fórmulas. Por ejemplo, si aplicas un solar químico en gel muy ligero y luego un mineral con color muy denso, puedes notar apelmazamiento, efecto goma de borrar, como que se generan pelotillas o un acabado pastoso”.

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Lo que ocurre con el maquillaje con SPF

Otro de los puntos clave que ha levantado controversia en redes sociales es si el maquillaje con SPF puede sustituir a un protector solar. Aquí, Altozano lo tiene claro: “No es lo mismo hablar de fotoprotección con color que de maquillaje con color. El maquillaje con SPF suele tener una protección más baja y su función principal es estética, no protectora”.

Aplicarlo en poca cantidad y en zonas limitadas lo convierte en un complemento, no en un escudo solar eficaz. “Sencillamente lo usamos para matizar, igualar y mejorar el tono de la piel”, concluye Lucía.

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