Elena Tablada pide ayuda tras no recuperar su cuerpo posparto: "Se niega a volver en sí"

Elena Tablada dio a luz a su primera hija en común con Javier Ungría hace exactamente un año y medio. A lo largo de estos meses, la diseñadora, encantada con esta nueva etapa, se ha encargado de visibilizar la realidad posparto y ha reconocido, en primera persona, que su recuperación física está siendo más lenta de lo que deseaba. “¡Los años no pasan en balde!”, asumía en una de sus primeras entrevistas tras conocer a la pequeña. Camila llegaba a sus vidas once años después que Ella, fruto de su relación con David Bisbal, con quien ha enterrado el hacha de guerra tras una etapa cargada de conflictos judiciales:

La socialité, que se quejaba en mayo de no ser capaz de “eliminar grasa de algunas partes localizadas” de su cuerpo, ahora ha pedido ayuda para recuperar la firmeza de su piel. “Un año y medio y mi piel se niega a volver en sí. Da igual aparatología, ejercicios, cremas… Mi marca de dar vida está por encima de todo esto. ¿Qué más puedo hacer?”, preguntaba desesperada a sus seguidores tras sus múltiples intentos. Junto a este texto adjuntaba una imagen de su tripa para mostrar su flacidez.

Con el paso del tiempo, pese a su inconformidad, la influencer ha aprendido a abrazar su nueva figura: “He aprendido a aceptar mi cuerpo tal y como es, con mis cicatrices, mis manchas, mis kilos de más, mis imperfecciones, mi piel estirada y todo lo que me hace ser quien soy a día de hoy”, se abría en canal hace un par de meses. Palabras que quiso matizar, pues frecuentemente se graba practicando ejercicio, siguiendo una dieta o asistiendo a centros estéticos para someterse a tratamientos corporales: “No quiere decir que me tenga que conformar con lo que tengo y me desatienda, solo que cada transformación, cada proceso, lo abrazo con todas mis fuerzas pues es parte de mi crecimiento”.

Elena Tablada también se trató la cicatriz de su cesárea

La segunda hija de Elena llegó al mundo, al igual que su hermana mayor, a través de un parto por cesárea. Para la madre de las niñas, esta cicatriz significa “vida” y es motivo de “orgullo”. Eso sí, aunque no quería que se borrase por completo de su cuerpo, recurrió a diferentes tratamientos (acupuntura, sesiones de fisio o apósitos cicatrizantes) para hacer menos visible el queloide, que habría quedado reducido en un 80%.