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Si te has sometido a algún tratamiento especialmente fuerte puede ser que veas tus pestañas debilitadas y, en los peores casos, quemadas. Así, te preguntarás si es posible recuperar su aspecto más natural y sin daños: la respuesta es 'sí'.
Debes saber que las pestañas tienen varias fases de crecimiento. En la primera de ellas crecen, luego cambian y, por último, volverán a caerse. En el caso de que se quemen, ese proceso de crecimiento se verá totalmente interrumpido. Eso sí, hay que tener en cuenta que, mientras el quemazón no afecte al folículo, las pestañas crecerán de forma normal. En el caso de que el folículo se haya visto afectado será muy complicado volver a repararlo y habrá que acudir a un centro especializado.
El crecimiento de las nuevas pestañas se producirá unos 30 o 45 días después, cuando se dará la fase de crecimiento. A partir de ahí, se tendrá que prestar atención a la evolución que será de 14 a 21 días. Si te has quemado las pestañas será muy importante que te fijes bien en tu párpado, por si tienes enrojecimiento, hinchazón o dolor, que suelen ser los signos de quemaduras de primer grado.
Una vez que sabes que te van a crecer las pestañas, lo mejor será seguir una serie de consejos fundamentales para mantener ese crecimiento de forma natural.
Una buena forma será gracias al té verde, que tiene grandes propiedades antioxidantes, que favorecerán el crecimiento. Será importante aplicarlo con un algodón o dejar reposar las bolsas de té frío sobre los párpados.
El aceite de oliva también podrá ser tu gran aliado y se podrá utilizar como tratamiento durante la noche. Deberás distribuir todo el producto con un cepillo sobre las pestañas. El aceite de argán será un buen producto para proporcionar un acabado brillante y regenerado, especialmente en aquellas zonas más sensibles como son las pestañas. Otro aceite que también podrá venir muy bien será el de ricino.
También, podrás acudir a un lugar especializado en el que te realices una exfoliación de pestañas con una limpieza profunda, rehidratación y humectación. Para hacerlo en casa, lo mejor será coger un poco de aloe natural, pulpa de pepino y mezclarlo todo. Aún así, ante todo será fundamental la precaución y no realizarse tratamientos que puedan dañar esa zona tan frágil del rostro.