Aciertos y errores de la boda de Jeff Bezos y Lauren Sanchez en Venecia
Si el maestro Fortuny, el mago de los tejidos que habitó la hechizante ciudad de los canales en la Belle Époque y que yo recreo en mi novela Un Palacio en Venecia, levantase la cabeza se ahogaba en las aguas del Gran Canal para no tragarse a algunos de esos horteras con pasta de la boda de Jeff Bezos y Lauren Sánchez que tiene asfixiada a la bella Venecia.

El código de vestimenta del enlace se inspiraba en 'El gran Gatsby’, pero está claro que algunos ricos (genérico) no han leído un libro en su día.
Y menos mal que estaba Rania de Jordania entre las invitadas del lujo terribilis de este sarao para dar empaque a tal acontecimiento.
La novia, dicen, va a llevar este finde 27 looks distintos. Arrancó con un espectacular vestido escultura de Schiaparelli. Pero el de novia novia, ya lo siento, me horripiló.
ACIERTOS
1.Llegó Rania, con toda su chic sofisticación para poner un punto de elegancia entre tanta hortera con vestido de alta costura.

2. Kris Jenner demostró que está a años luz del resto de su familia. Su blanco y negro de mangas abullonadas de gasa era divino.

3. A pesar de su complicado escote me gustó esta Khloe Kardashian de paillettes rosas, plumas y diamantes como para eclipsar hasta a la novia.
4. De rosa también, Ivanka Trump, que no falla con su espléndido armario.
5. Vittoria Ceretti, novia de Leonardo di Caprio, estaba espectacular con su vestido negro largo y su pelo engominado con raya en medio.

6. El novio, Jeff Bezos. Lo tenía fácil para ser ejemplo de ese dress code Gran Gatsby. Cumplió con su esmoquin tradicional con chaleco.

7. Pero de los chicos me quedo con Orlando Bloom, que además cada año está más cañón.

8. Y con ese rollazo del esmoquin Gales de Usher.

ERRORES
1. La novia. Por mucho que fuese la protagonista y por mucho que la vistiese Dolce & Gabbana. Ahora alguien dirá que era una inspiración del vestido nupcial de Gracia de Mónaco. Pero no, no cuela. A mí me parecía un ‘todo encima’ demasiado recargado e historiado como para un certamen de belleza rococó allén de los mares, en vez de un divino Gran Gastby en el verano italiano.
Eso sin quitarle valor a los tejidos y a la ejecución de la casa Dolce & Gabbana.
2. y 3. No importa la pasta que se gasten Kendall y Kylie Jenner, tienen de sobra para desbarrar de aquí a Lima, porque casi siempre parecen las chicas que salen de la tarta en las despedidas de un soltero yanki.

Pobres las firmas a las que les compran sus modelitos, flaco favor les hacen la verdad.

4. Lo de Kim Kardashian es digno de estudio. ¿Cómo puede una tipa echar por tierra lo que se ponga cuando si lo analizamos por piezas nos gusta? La respuesta es simple, empeñándose en creer que tiene una talla 34. Qué error tan de bulto.

5. Tommy Hilfiger, ese señor que pone fino a cualquiera en cuanto sube de talla creyéndose un paradigma de la estética y se casca en pleno verano veneciano un look de terciopelo verde. Que no pintaba nada con la inspiración del dress code, ni con el estío, ni qué decir de cómo volvería al hotel de sudado. Manda madre.

Hoy cierro con esta Oprah Winfrey, que no me disgustaba su vestido ya lo digo, pero que como siga cardándose el pelo así como si tuviese 19 años acabará con las reservas de laca de los EEUU y lo que es peor, con las de ozono del planeta Tierra.
