Diez enigmas en la vida de Isabel Preysler: de su huida de Filipinas al trato a su chófer
La Primera Dama de la información del corazón en España, Isabel Preysler, ha publicado su libro de memorias. Se trata de un esperadísimo volumen en el que la filipina revive su biografía como nunca antes. Se trata de una vida muy azarosa llena de claroscuros con varios episodios bastante escabrosos. En unos días en que nadie hablará de otra cosa, repasamos los puntos más turbios de su vida en rosa.
1. La huida forzada de Filipinas por un romance prohibido
Cuando Isabel Preysler tenía solo 18 años y aún vivía en Filipinas, se enamoró de un joven considerado “poco conveniente”: el playboy local Junie Kanalaw. “Me dejé llevar, porque en ese momento era una adolescente que de la vida solo sabía vivirla. Él se sorprendió al comprobar que era mi primera vez. Y de esa primera vez guardo un recuerdo lleno de ternura y cariño, que lo hizo inolvidable”, escribe en su libro. El romance y la pérdida de la honra enfurecieron a sus conservadores padres, quienes la enviaron a España con la intención de que olvidara al joven y se integrara en los círculos de la alta sociedad del tardofranquismo.
2. Boda ‘de penalti’ con Julio Iglesias
Fue Tamara Falcó quien reveló que su madre e Iglesias se casaron 'de penalti'. La pareja falseó la fecha de nacimiento de su hija Chábeli para evitar el escándalo de una boda con embarazo previo. El engaño fue tanto mediático como familiar. “A mi padre nunca le dijimos que me había casado embarazada, y nunca llegó a saberlo”, confiesa Preysler en su libro.
3. Las infidelidades de Isabel a Julio
Aunque siempre se ha hablado de las infidelidades de Julio Iglesias, la realidad es que las deslealtades fueron mutuas. Mientras aún estaba casada con él, Isabel inició una relación con Carlos Falcó, padre de Tamara. “Me casé queriendo mucho a Julio, pero con el tiempo me enamoré locamente”, admite. Falcó también estaba casado, lo que convirtió a Isabel en 'la otra' a ojos de la sociedad.
4. Las malas relaciones con sus hijastros
Dos años después de casarse con Carlos Falcó, Isabel tuvo que abandonar el palacio de Griñón por “incompatibilidades” con sus hijastros, Sandra y Manolo. La historia se repitió con los hijos de Miguel Boyer y también con los descendientes de Mario Vargas Llosa, quienes nunca la aceptaron.
5. Romance con Miguel Boyer: adulterio en la élite política
Al igual que ocurrió con Falcó, Isabel comenzó su relación con Boyer estando aún casada. Él también tenía esposa. Las cenas informales organizadas por Mona Jiménez sirvieron de tapadera, pero el escándalo estalló. “Me destrozó separarme de Carlos, haciéndole tanto daño, porque me había enamorado de Miguel. Me sentí muy mal también por Hilda, quien siempre me había tratado con tanto cariño”, confiesa.
6. La expropiación de Rumasa y el 'tartazo' callejero
Vincularse con Boyer tuvo consecuencias. Como ministro, lideró la expropiación de Rumasa, lo que provocó la ira de la familia Ruiz-Mateos. Paloma Ruiz-Mateos, cabreada con la ruina familiar, persiguió a Isabel por la calle Velázquez y le lanzó una tarta. “Ni me manchó ni me salpicó, pero la intención era clara”, declaró Isabel. Paloma, por su parte, ironizó: “Le tiré la tarta para endulzarle la vida”.
7. El inicio de su relación con Vargas Llosa, también casado
Viuda de Boyer, Isabel sorprendió en 2015 al iniciar un romance con Mario Vargas Llosa, casado desde hacía 50 años con Patricia Llosa. El Nobel tranformó su imagen pública como nunca antes. Sin dejar de acudir a citas literarias y culturales, se convirtió en figura habitual del papel couché, acudía con frecuencia a clínicas estéticas y participaba en reality shows de distinto pelaje.
8. La ruptura con Vargas Llosa
En 2022, tras ocho años de relación, la pareja rompió. Se rumorea que los celos del escritor fueron clave. Aunque Vargas Llosa nunca dio su versión, su entorno desliza que Isabel fue la responsable del final. "Mario y yo hemos decidido poner fin a nuestra relación definitivamente”, decía ella en su revista de cabecera. Además, consciente de la repercusión pública de esta decisión, Isabel pidió respeto y compresión tanto a los medios de comunicación como a sus amigos para que les ayuden a gestionar este trance.
9. La herencia Boyer y el 'busto de favor'
En 2023, Laura Boyer acusó a Isabel de ser “hiperposesiva” y de manipular la herencia de su padre. El detalle más polémico: un busto de Boyer que Isabel regaló a un amigo influyente sin consultar a los hijos. “Era de mi padre, no de ella”, dijo Laura. Isabel respondió en ¡Hola! con una sonrisa y una frase lapidaria: “Los bustos, como los recuerdos, son para compartirlos”.
10. El trato “humillante” a su chófer y polémicas laborales
Tras meses de bajo perfil, Isabel volvió a la escena pública, pero con polémica. La periodista Laura Fa denunció que Isabel trata a su chófer como un “sirviente” invisible, obligándolo a esperar bajo la lluvia. Aunque sus allegados lo minimizan (“es de la familia”), la periodista catalana juega la carta del clasismo y habla de rigidez en el entorno doméstico.
