Los desaires de Juan Carlos a Felipe y Letizia, uno a uno: de tratar de impedir la boda, al libro y el vídeo
El esperado libro de memorias del rey emérito lleva más de una semana en las librerías españolas. Como recordaremos, para calentar su llegada, el exmonarca publicó un vídeo en redes sociales que el Palacio de la Zarzuela ha calificado como “inoportuno”. Hay más ejemplos de problemas: repasamos todos los desaires que don Juan Carlos ha tenido hacia la institución que un día ostentó y que ahora lidera su hijo.

Las relaciones entre el Palacio de la Zarzuela y el rey don Juan Carlos no atraviesan su mejor momento. La publicación de un vídeo considerado “inoportuno” por la Jefatura del Estado y la salida en España de las memorias del emérito, en las que se refiere con términos poco amigables a doña Letizia, no ayudan a mejorar los vínculos. Pero no son los únicos gestos que el emérito ha tenido hacia el actual rey de España.

Quiso impedir la boda real
Don Juan Carlos nunca quiso a doña Letizia porque la veía como una amenaza hacia su reinado. Por ese motivo desde el primer momento se opuso a que su hijo contrajese matrimonio con la entonces periodista de RTVE. Antes de que supiera que iban tan en serio, lo que más le fastidiaba al rey no era que Letizia fuera divorciada o de origen humilde, sino que fuera periodista. Decía que iba a contar a sus colegas de profesión sus aventuras y avisó a todos que estuvieran callados delante de ella. “El rey nunca ha entendido esa boda, pero no tuvo más remedio que transigir porque era Letizia o nada", dicen fuentes próximas al Emérito.

Tardó varios días en conocer a la Infanta Sofía
El nacimiento de la infanta Sofía en 2007 sorprendió a don Juan Carlos de cacería en Rumanía. En aquel momento de alegría para su hijo y su nuera —que pocos meses antes había perdido a su hermana Érika— no le pareció lo suficientemente importante como para interrumpir su viaje privado y conocer a su nieta. Aquel gesto fue el primero de muchos feos hacia sus sucesores.
Animó a Felipe a divorciarse de Letizia

La histórica animadversión que el residente en Abu Dabi siente por su nuera le llevó a pedirle a su hijo que se divorciara de su esposa. Según Pilar Eyre, esta sugerencia tuvo lugar en 2013, cuando la sombra de la abdicación era cada vez más alargada y Corinna ya ocupaba titulares. “Felipe, coño, divórciate de una vez”, llegó a decirle tras una bronca matrimonial de los actuales monarcas. Felipe desoyó a su padre, acercó posturas con su esposa y actualmente ambos trabajan mano a mano por el buen futuro de la Corona.
Mensajes a Corinna a través de un cinturón

Otra metedura de pata de don Juan Carlos que no gustó nada en el entorno de su hijo fueron los mensajes de amor que enviaba a Corinna de manera subliminal. Tras su abdicación, en un acto celebrado en 2015, don Juan Carlos escogió un cinturón que Corinna había encargado al joyero Patrick Mavros como regalo. No contento con eso, días después inició un viaje por Oriente y lució el mismo complemento como mensaje de amor. Ahora habla de la alemana como un error pero entonces bebía los vientos por ella.
La carta de 2022
Más gestos inapropiados. Tras huir a Abu Dabi en 2020, dos años más tarde hizo llegar a su hijo una carta que sonaba a ultimátum. Tras el archivo parcial de causas en Suiza, Juan Carlos envió una misiva a don Felipe en la que le proponía volver, pero “no de inmediato”. La epístola sentó fatal en Zarzuela porque ignoraba el deseo del rey Felipe de que su padre se mantuviera en la sombra por el bien de la institución. Felipe contestó con “respeto y comprensión”, pero sin invitarlo de vuelta.
Su libro de memorias, la puntilla

La publicación de su libro de memorias es una nueva afrenta a su hijo. En ‘Reconciliación’, don Juan Carlos dedica ocho páginas demoledoras a Letizia, a la que presenta como la principal responsable de haber “roto la cohesión familiar”. El título del libro resulta irónico: lejos de buscar la reconciliación, el texto ha sido interpretado como la puntilla definitiva a cualquier posibilidad de entendimiento. Un libro innecesario, revanchista y dañino para la institución que ahora tiene como gran referente a Felipe VI.
