Orfandad, drogas y reinvención 'it': así es la vida de Frances, la hija de Kurt Cobain

divinity.es 05/04/2021 19:05

Un día como hoy, pero de 1994, el líder de Nirvana, Kurt Cobain, se pegaba un tiro en la sien y comenzaba la leyenda eterna del precursor del grunge. El de Seattle dejaba, además de a una generación desolada, a una viuda y una hija de poco más de un año de edad. Hoy todo el mundo recuerda al mito pero desde este blog quiero centrar el foco en aquel bebé huérfano, Frances Bean Cobain. La Rociíto del Grunge, hoy reconvertida en it girl, ha tenido una vida tan convulsa como la de sus padres con bodas, drogas y escándalos como tónica general.

Frances Bean Cobain nació hace 28 años con síndrome de abstinencia. Durante su embarazo, su madre, la también cantante Courtney Love, consumía heroína de manera habitual. De hecho vino al mundo en el mismo lugar donde Cobain intentaba desintoxicarse. Nada más nacer, Frances debió “rehabilitarse”: le suministraron metadona para sustituir la heroína. “No puedo soportar la idea de que Frances se convierta en una rockera siniestra, miserable y autodestructiva como me he convertido yo (...) su vida será mucho más feliz sin mí”, escribió Kurt en su carta de despedida.

La infancia de Frances fue, como cabe esperar, bastante desestructurada. Su madre perdió su custodia y Frances terminó viviendo con su abuela paterna, Wendy O’Connor. A una infancia complicada y a una adolescencia errática le sucedió una juventud muy chunga: A los 18, Frances se enamoró, se casó en secreto y se separó en medio de un escandaloso divorcio. El motivo de la disputa tuvo un precio: un millón de dólares. Eso es lo que costaba la guitarra que el fallecido cantante de Nirvana usó para el mítico Unplugged de MTV de 1993 y que su hija le entregó a su marido como regalo de bodas. Su ex marido, además, le pidió una manutención vitalicia. Un juez decidió que el muchacho se quedara con la guitarra a cambio de que no pidiera nada más. Al igual que sus padres, Frances ha tenido problemas con las drogas y el alcohol, pero lleva 'limpia' cuatro años, tal y como explicó en su cuenta de Instagram.

Tras superar todas sus adicciones, la heredera de Nirvana ha reconducido su vida: ha hecho las paces con su madre y se ha reconvertido en una it girl perfecta. Inmensamente rica (además de lo 20 millones de dólares que tiene en el banco, recibe más de 100.000 dólares al mes por derechos de autor de su padre) culpa al dinero de sus fantasmas. Lo explicó en el podcast que presenta Rupaul: Para ella, resulta "extraño recibir dinero de alguien que no ha conocido" y lo ve como una especie de "préstamo gigante" del que nunca se deshará.

Muy centrada en causas sociales, destina importantes cantidades a todo tipo de obras de caridad como los enfermos de salud mental, los derechos trans o movimientos antirracistas. A pesar de que no quiere saber nada de la música de los 90, Frances también ha empezado una tímida carrera musical de corte melancólico e intimista.

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