Cannes 'a toro pasao': lo mejor y lo peor

MONA EN SEDA. El caso de Tamara Ecclestone es triste: tener tanto dinero para gastarlo en un vestido que te aprieta el pecho, te hace chicha y no acaba de decidirse en si es corto o largo. Un desastre.

EMPOLVADO. Si lo que se llevan son los tonos pastel, Natassja Kinski elige uno... aunque lo tenga que sacar de esas cortinas viejas que tiene por casa. Ni el escote, ni la manga ni la caida de la falda convencen.

ECO-APUESTA. El de Angelina era Versace, y el reciclado que hizo Doutzen Kroes del estilismo lo firmaba Elie Saab. Un modelo ganador. Sin discusión.

SHINY AURA. Por mucho que Kristen Stewart sea rara en las entrevistas, cuando se viste y maquilla en la alfombra roja ha pillado su punto. Reem Acra fue el encargado de este escote de infarto aderezado por un maquillaje impecable.

TURN BACK TIME. El glamour de los años 20 (Ralph Lauren mediante) tocó techo con la aparición de Nicole Kidman. ¿Cómo es su película? Nos importa bien poco...

DULCE PASTEL. El empolvado y la pasamonería no fueron suficiente. Emily Hampshire llevaba, encima, el vestido mal planchado.

PURO GLAMOUR. La gasa y el brillante de Marchesa decoraron la bronceada anatomía de Camilla Alves en este strapless dress. Digno de princesa.

MESA CAMILLA. Desde el fin de Maria Antonieta nadie había estado tan cancaneada en un festival francés. Si Diane Kruger no vio su cabeza rodar en este Dior, no la verá nunca.

MEDIA PIERNA. La culpa fue del... Prada. Amélie es una pura ensoñación que apenas recordamos con el nuevo estilismo de Audrey Tautou, más ella que nunca.