Así fue la boda de Sara Carbonero e Iker Casillas: un enlace secreto, íntimo y lleno de recuerdos

Podría parecer, con el paso del tiempo, que hemos asistido a todos los momentos importantes de la relación entre Sara Carbonero e Iker Casillas. Desde el espontáneo beso ante las cámaras tras ganar el Mundial en el 2010, a su ruptura, confirmada con un comunicado conjunto en marzo de 2021. A lo largo de esos años se convirtieron en padres, afrontaron la enfermedad de ambos y se mudaron a Oporto. Pero hay un día muy especial para ellos que transcurrió en la más absoluta intimidad, por mucho que nos hubiera gustado presenciarlo, ya que la boda de Sara e Iker fue secreta. Con el tiempo, aún así, hemos ido conociendo algunos detalles de esta celebración.

Una relación consolidada

Estaba claro que el nivel de compromiso de la pareja era muy alto sin necesidad de firmar ningún papel. En el momento en el que deciden casarse, allá por 2016, en el Ayuntamiento de Boadilla del Monte, ambos habían dado pasos muy importantes en la relación: ya había nacido su hijo Martín y Sara estaba embarazada de Lucas, además de haberse mudado a Oporto, donde permanecieron hasta el año 2020. Con todo lo vivido juntos, casarse suponía un paso tan especial como cualquier otro de los que habían dado, y no quisieron que se convirtiera en noticia para los medios. 

Una boda íntima y secreta

Si supimos que habían formalizado su relación con el matrimonio, fue porque quedó registrada en los papeles. Pasó desapercibida su entrada y salida del Ayuntamiento de Boadilla del Monte el 20 de marzo del 2016, por lo que sigue siendo un secreto el look de novia que eligió Sara Carbonero su boda. Lo que sí pudimos saber al pasar los días, es que estuvieron presentes tres notarios y algunos familiares que ejercieron como testigos: un primo de Iker e Irene, la hermana pequeña de Sara. Por supuesto, también se encontraba allí Martín, el hijo de la pareja, que en ese momento tenía dos años. Y, de alguna manera, tampoco faltó Lucas, ya que en ese momento Sara estaba embarazada de siete meses del benjamín de la familia. 

Los buenos recuerdos de ese día

Cuando no quedó más remedio que afrontar las preguntas de la prensa, ya que era evidente que se habían casado, ninguno de los dos reveló detalles acerca de ese día. Eso sí, Sara no dudó en afirmar que era la boda con la que siempre había soñado y que guardaba muy buenos recuerdos de ese día. Además, dejó claro que hay mucha gente que no necesita un bodorrio para disfrutar de un momento así, y que ella era una de esas personas.