Del fiestón solo hay una foto. Una en la que María Castro posa sonriendo, con una banda identificativa para que todo el mundo se entere de que es ella la que se va de boda. Como guinda, un marco de fotos enorme con mucho emoji en el que se puede leer "se nos casa". Pero lo mejor de lo que nos ha mostrado de su despedida de soltera no ha sido esta instantánea, sino la dedicatoria que ha hecho a cada una de las amigas (y sobre todo de sus familiares) que se encargaron de organizársela.
"Gracias, Paloma Ucieda, por estar siempre ahí y sentir en el primer 'hola' de nuestras llamadas telefónicas cómo me siento desde el otro lado. Gracias, Ana, por agarrarme de la mano en aquel baile de tirolesas y no soltarme nunca. Gracias, Paula, por hacerme reír siempre sin ni siquiera pretenderlo. Gracias, Andrea, por compartir conmigo horas eternas de baños y enseñarme las primeras artes del ligoteo", ha escrito en su Instagram, entre otros muchos agradecimientos al resto de sus amigas.
Pero las dedicatorias más tiernas han ido dirigidas a su familia. La primera, a la tía "más enrollada del mundo", su tocaya, que siempre ha disfrutado de la vida de la actriz como si fuera la suya. La prueba está en sus redes, donde siempre comparte su amor por su sobrina. También a su cuñada, a la que ha dado las gracias por cogerle el teléfono "a hora intempestivas", por ser su "hermana mayor" y por querer tanto a su hermana. Y por último, la artífice de todo, su hermana Pili: "Por ser mi ejemplo a seguir, por aconsejarme y escucharme como solo tú sabes hacerlo y por darme tres sobrinos increíbles que hoy cuidan a mi hija como a una hermana".
"Nunca olvidaré una despedida tan emotiva como esta, que ni siquiera contaba con celebrar", ha terminado. No queda nada para que María Castro se de el 'sí, quiero' con su chico, el valenciano José Manuel Villalba, con el que se convirtió en madre de Maia, su primera y única hija, en junio de 2016.