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El “sitting” y el “seating” son dos conceptos imprescindibles a la hora de preparar la celebración de una boda. Al ser dos términos en inglés muy similares es muy habitual confundirlos, y lo cierto es que conviene tenerlos claros para no descuidar ninguno y que todo salga perfecto en el gran día.
Ambos están relacionados con la distribución de los invitados en la mesa del convite. Uno de ellos, el sitting, que se refiere a la información que das a los invitados para que sepan en qué mesa se sientan, es imprescindible.
El seating, en cambio, es opcional, y se utiliza para indicar en qué sitio de la mesa se sienta cada invitado. Lo cierto es que cada vez está más de moda hacerlo por diferentes motivos que te contamos enseguida.
Cuando llega el momento de sentarse a la mesa, los invitados descubren cuál es la que se les ha asignado tras consultarlo en un listado que está a la vista de todo el mundo. Este detalle, que podría ser de lo más anodino, se ha convertido en uno de esos elementos con los que puedes sorprender a tus invitados.
Las bodas se definen, a día de hoy, por la voluntad de los novios por personalizar cada detalle, tanto para tener la celebración con la que sueñan, como para hacer sentir a sus invitados que han pensado en ellos a la hora de preparar cada detalle.
Dentro de esta tendencia, la presentación del sitting se hace cada vez con más mimo, teniendo muy en cuenta cuál es la temática de la decoración, el tipo de sitio en el que estáis y la comodidad para los invitados. Lo cierto es que hay ideas de lo más originales y atractivas, que os harán olvidar lo complicado que puede llegar a resultar hacer la distribución de las mesas.
Hemos encontrado propuestas de todo tipo, y siempre tienen algo de artesanal o un punto personalizado. Nos encanta esta, con un bastidor por mesa y los nombres bordados dentro.
Esta otra seguro que cautiva a tus invitados, que descubrirán dónde se sientan al tiempo que toman una copa de cava. Muy elegante y refrescante.
La idea de escribir a los invitados de cada mesa en un libro es perfecta para los amantes de la literatura, y derrocha elegancia por los cuatro costados.
Caballetes de madera adornados con elementos naturales o jarrones con flores son otras posibilidades que quedan realmente bien.
A diferencia del sitting, es seating no es imprescindible, aunque nos parece todo un acierto incluirlo en la distribución de las mesas. El primer paso es que los novios dediquen un tiempo a decidir quién se sienta al lado de quién en la mesa. Después de hacer el sitting, podría dar pereza ponerse a pensar dónde sentar en concreto a cada persona. Pero lo cierto es que el esfuerzo merece la pena.
Por un lado, puedes ahorrarle a tus invitados un momento difícil si les ha tocado una mesa en la que no conocen a mucha gente. Por el otro, les resultará un detalle precioso ver su nombre escrito en el sitio que les corresponde. Vosotros podréis pensar con antelación al lado de quién queréis poner a cada cual para que se sientan lo más cómodos posible.
Eso sí, para el seating sea tan especial como puede llegar a ser, no puedes olvidar el toque personalizado. No es una simple cartulina con un nombre impreso. Lo ideal es que esté en un papel bonito, a juego con el resto de la decoración y escrito con una buena caligrafía.
Para una boda en el campo, la idea de escribir los nombres en hojas es una auténtica preciosidad, y muy ecofriendly.
También puedes probar con sencillos diseños de acuarela. Si le coges el gusto, hacer el seating pude ser uno de los preparativos más especiales de tu boda.
Nos encanta la idea de colgar un cartel de madera con el nombre de cada uno en las sillas, pensando de nuevo en bodas que se celebran en plena naturaleza.
Puedes elegir opciones como esta, que tus invitados puedan llevarse como un recuerdo de lo más especial.