Una relación muy especial: la complicidad del rey Juan Carlos I y su hija la infanta Elena

Hace tiempo que el rey Juan Carlos vive en Abu Dabi, pero eso no impide que, cuando la ocasión lo permita, se escape unos días de visita a España. Sobre todo para participar en las regatas, su gran pasión, pero también para poder pasar un tiempo junto a sus hijas, sobre todo con Elena, con quien mantiene un contacto habitual. 

La relación de Juan Carlos no es igual con todos sus hijos y no hay duda de que con la mayor de los tres esta es más especial. Elena ha ido a visitarle en varias ocasiones, poniendo siempre de manifiesto la estupenda relación que el emérito tiene con su primogénita. 

La relación cómplice del rey Juan Carlos I y su hija la infanta Elena

Cada vez que se dejan ver juntos en público, la complicidad que existe entre Elena y su padre es evidente; las miradas, los gestos y, sobre todo, las risas les delatan. La última vez que esto ha sucedido no ha sido diferente, padre e hija se reencontraban en Sanxenxo y lo hacían para competir en las regatas, poniendo de manifiesto una vez más la gran afinidad de sus caracteres. 

La infanta Elena tiene un sentido del humor muy parecido al de su padre, tal vez por eso encajan tan bien y se ríe tanto con los chistes malos que son habituales en el monarca. También tienen aficiones comunes, que comparten y disfrutan tanto juntos como por separado, como son los toros, donde más de una vez se les ha visto compartir espacio en el tendido y disfrutar comentando la faena. 

Esta es una afición que también parece haber heredado Victoria Federica, que comparte con su madre su pasión por la hípica. Tanto a la infanta Elena como a don Juan Carlos les apasiona el deporte, a la vista está que las regatas y navegar está en lo alto de la lista para ambos, pero también otros como el esquí. 

La caza es otra de las cosas que les une, el monarca nunca ha escondido que esta es una afición que le encanta, incluso ante el riesgo de perder audición por el estruendo del disparo. Doña Elena, por su parte, parece más atraída por todo lo que rodea la caza, el ambiente en el campo, el aire libre y las reuniones con amigos para almorzar que se organizan. 

Porque Elena también ha heredado de su padre su carácter afable y cercano, cae bien a quien le conoce y, aunque en el caso de la infanta Elena pueda resultar un poco más sorprendente, pues siempre ha estado en un segundo plano, gana en las distancias cortas. Aficionados a la buena mesa, no demasiado intelectuales y con muchas ganas de disfrutar, ya sea de la música moderna (al parecer al Rey le aburre la música clásica, pero no pasa nada porque a la infanta le encanta bailar).

Comparten carácter, maneras de ver el mundo y aficiones, Elena se ha convertido en un apoyo indispensable para su padre, en un nexo de unión con el resto de la familia y en un pilar fundamental, que permanece a su lado sin importar lo que suceda a su alrededor, algo que también demostró con su hermana, a la que apoyó durante el tiempo que Urdangarin estuvo en prisión.